El viaje de los sueños
Australia:”Todo por la izquierda”
Crónicas de viaje, capítulo IV
Me dejaron
solo a media mañana, pase trabajando en la preparación de las cosas que al otro
día tenía que cargar, dejando todo a mano. El resto lo pase escribiendo la
tercera entrega…si dejas pasar varios días, se hace extenso relatar los
sucesos, por lo cual en lo sucesivo iba a tratar de hacerlo más corto y que abarcara
las cosas más frescas.
De esta
manera puedo contarles casi que al día los sucesos y con mejor memoria.
Una de las
razones por la que me había quedado era estar presente en la cena que haría
Rolando en honor de los diecisiete años de Ryan.
Rolando se
puso de inmediato a cocinar, apenas llego de la oficina…un pollo saltado en
salsa de champiñones con trozos de brócoli y el arroz, que estos peruanos
preparan como si fueran chinos, excelente…el postre lo eligió Ryan por lo cual
todo estuvo de la mejor manera. Estuvo presente Sebastián, el hijo mayor de Rocío.
La reunión
fue amena y alegre, hasta con un juego de cartas.
Era la noche
final en aquella casa tan cálida…muchas veces, después de tantos días en
carretera, durmiendo en cualquier lado…solo y …solo…estar entre el calor de
esta gente, era reconfortante. Solo lo que estamos en esta posición sabemos el
valor de estos gestos de la gente. Para uno no tiene precio, tal vez para ellos
“paso un día un uruguayo en moto que estaba recorriendo Australia “
De todas
maneras he logrado tener a los amigos que he hecho en el camino, de alguna
manera de paseo por mi país…
Espero que
con estos peruanos sea lo mismo, una amistad que crece y a la cual el tiempo da
revanchas.
Me fui a
dormir, con la cabeza puesta en el camino de mañana…esta vez no necesite a los
cuervos…me levante casi como a las cinco de la mañana junto con Rolando…me
prepare el desayuno y trate de terminar con lo que estaba escribiendo.
Cuando
Rolando se va a trabajar, me regala una brújula-reloj en otro gesto de este
peruano “de la planta”…nos despedimos y ya no pude concentrarme más en lo que
estaba, por lo cual empiezo a arrimar las cosas a la motocicleta. Era hora de
partir…
Rocío y Ryan
se levantan para desayunar y salir a sus tareas…nos despedimos y quede cargando
la Dinga…cuando sacas todo o casi todo de la carga, se hace pesado después
colocarle las cosas como estaban.
Tarde
bastante tiempo en dejarla lista para salir…más de lo que esperaba…por lo cual
partimos tarde.
Tenía que
seguir “la Canning” según Rocío, que se juntaba con la A1 hacia el norte…todo
bien la seguí por un buen rato…siempre viajo a la izquierda “supuestamente
carril más lento” en un momento la Canning tenía seis carriles y se abre un
cartel con tres direcciones de dos carriles cada una…la conexión con la A1 era,
los dos más a la derecha y los dos a la izquierda se conectaban con la 2…fue un
instante…barrer cinco carriles para llegar al lugar que tendría que estar era
imposible, por lo cual me juego por la 2…hago un rato por ella, también iba al
norte…y podía conectarme con la A1 mas adelante…paro en un lugar y miro el
mapa…el lugar mas cercano para unirme a la uno era Maning…Nunca lo vi…
Llego al
final de la freeway 2 y se abre la ruta 85 que supuestamente me lleva a
conectar con la A1 norte…paso mucho rato (ya estaba jugado) en ella y ningún
cartel me anunciaba por donde iba…hasta que al final di con la uno al norte!!
Ahora si estaba
tranquilo, me encontraba en la carretera correcta, en la dirección debida…solo tenía
que andar y cuidarme.
Cuidarme de
los Road Train…o sea los camiones trenes…
“Esos van
como locos, vas a ver que te chupan…Tené cuidado…mira que son lo más
peligroso…te sacuden para todos lados…”palabras de Celso, cuando comencé el
viaje.
Y realmente
estos camiones pasan como pedo, llegan a tener treinta y seis metros de
largo…cuando pasan en la noche parecen un arbolito de navidad, con tantas
luces.
No me hace
tanto daño el que me adelanta…pero el que se cruza me sacude como vara de
mimbre…
A los que me
adelantan les hago un juego, me tiro hacia la derecha del carril obligándolos a
pasar al otro para adelantarme, cuando se me vienen, me paso bien a la
izquierda y la succión solo la siento cuando estoy detrás…puedo largar el
acelerador por unos metros, que la moto sigue a la misma velocidad.
El otro
peligro son los canguros, en todos los lugares…aquí en la planicie pueden
correr a la par tuya (desarrollan velocidades de cerca los sesenta Kmts por
hora) y cruzarse por delante…
Generalmente
están mirando hacia ti y como todo animal cuando se asusta tiende a saltar hacia
adelante o sea a la carretera.
Hay
muchísimos muertos en la road, por decenas, por lo general de tamaños pequeños.
Todos los
vehículos tienen buenas defensas contra el canguro, por lo cual el animalillo
lleva la peor suerte, no sucede lo mismo con la Dinga, las consecuencias de un
accidente contra un canguro, seria funesto para ambos.
He tenido
dos enfrentamientos con ellos, en uno lo vi de lejos y espere a ver que hacía,
el me vio, dio media vuelta y se perdió en el bosque. La segunda vez fue en una
curva y tan sorpresiva que pase y nos miramos ambos sin saber que hacer…cuando
reaccione estaba varios metros detrás.
Así que
estamos empatados por ahora, cero a cero y espero seguir empatado hasta el
final del partido.
Igualmente
aquí todo los animales le temen a los vehículos, cuando los ven salen
despavoridos…es por eso que no he podido tener algún encuentro con ellos, salen
disparados!
Volviendo al
camino, tengo muchas cosas en cual estar atento, pero sin dramas, donde
conseguir agua (consumo mucha, casi dos litros al día), que muchas veces no es
bebible)…gasolina barata, he aprendido que las que están a la entrada de los
pueblos suele ser más barata que dentro de ellos…el precio oscila entre 1,49
dólares australianos y hasta 1,99 en algunos lugares del desierto.
En esta
etapa han aparecido las Roadhouse, que son gasolineras con nombre de pueblo,
donde el precio está más o menos a 1,67…son lugares perdidos en el desierto
donde ha crecido una infraestructura que te ofrece todo lo necesario para el
viajero, desde supermercado, desayunos, comidas, baños y algunos hasta
hotelería y duchas para los camioneros.
Undeleve…esta
palabra me costó aprender el significado:”sin plomo”…lo más común es que sean
91 y 98…la 95 en grandes ciudades. Por ahora la Dinga se conforma con 91, en la
gama de esos precios.
Después que
agarre la uno, meta pata… trataba de llegar a Geraldton, para eso pase por
lugares sin mucho atractivo y sin detenerme: Mucher, Gingin, Badgingarra,
Eneabba, hasta que por lo tarde me metí en Pt Deninson…las nubes me
persiguieron todo el día y me alcanzaron al caer la noche.
Toda la
noche estuvo lloviendo, estábamos bien cubiertos con el toldo, por lo cual la
Dinga y la carpa permanecieron secas.
El mal
tiempo no quería dejarnos, aun después de haber entrado algunos kilómetros en
el desierto, ya la vegetación empezaba a ser más pequeña.
Pt Deninson
me atrajo por sus médanos de arenas blancas, puras, parecían azúcar…estos
médanos estaban unos kilómetros antes del poblado, había que entrar de la ruta
como veinte kilómetros…ya en el pueblo las arenas dejaron de ser tan blancas,
como todo lugar que toca el hombre.
Aunque aquí
en Australia se cuida mucho la vegetación, los lugares, los animales, mucho más
que al hombre.
Se queman
grandes extensiones por año, y las reponen plantando las mismas especies que
existían…eso es meritorio, nunca pierden ni los grandes bosques, ni la
vegetación desértica.
En esto
tienen algo que ver los aborígenes, pues si no están de acuerdo con algún tipo
de explotación o de medida, que implique a la naturaleza, no se hace.
A los que no
les importo la lluvia de la noche fue a los conejos que igualmente retozaban
alrededor del campamento.
La mañana
llego nublada pero sin lluvia junte todo y deje todo dispuesto para partir,
menos el toldo…mientras hacia el desayuno empezaron a caer gotas. Esperaba que
fuera pasajero, mientras visualizaba, con la taza en mano, adonde se dirigía la
tormenta. No quería hacer kilómetros bajo lluvia, por lo cual remoloneo un poco
antes de decidir salir a la carretera, cuando lo hice eran las diez de la
mañana.
Había algo
que me estaba poniendo nervioso, no había conseguido aceite Motul para la moto,
estaba para el cambio, pero llegando a Geraldton, tenía que hacerlo o hacerlo.
Puse proa a
Dongara y pasando Greenough llegue a Geraldton sin problemas, la mañana se
había comportado y cercano al mediodía estaba en la ciudad. En la gasolinera me
dieron un dato de donde conseguir el aceite…pero resulto nulo…di muchas vueltas
buscando algo que arreglara motos, sin resultado.
Por fin en
una casa de repuesto me hacen un mapa de donde lo podría encontrar…el tema es
que generalmente trasladan fuera de la ciudad a todos los servicios…este era el
caso en Geraldton. Para encontrar un taller tenías que salir unos kilómetros de
la city.
Esta bueno
este sistema, en la ciudad no hay nada, pero allí están todos, talleristas,
pintores, vidrieros, los que fabrican algo, constructoras, etc…todo en un
pequeño barrio.
Después de
varias vueltas, di con un local de motocicletas multimarcas, pero el aceite no.
Por lo cual tengo que decidir por otro, como me dejan cambiarlo allí sin
problemas, ya aprovecho para tensar la cadena. La kimco viene con una llave
doble, un destornillador y un saca bujías…no dudo que se pueden hacer muchos
ajustes con esos tres elementos, pero aflojar la tuerca de la rueda trasera y
el tapón del aceite, ninguno de esas herramientas lo hace. Daniel me había dado
una especie de llave que se adaptaba al tamaño de las tuercas y eso me salvo la
vida en estos casos.
Es muy
similar a una llave de caños, cuando aprietas se ajusta a la tuerca. Sin esta
llave no podía hacer los cambios de aceite.
Cambie el
aceite, tense cadena, la aceite en tiempo record…en media hora estaba rodando
rumbo a Northampton, sigo prendido fuego…Binnu y cansado llego a Terren Nerren
en la reserva natural de Toolonga…allí arme campamento en pleno Outback…
Apenas me
detuve, las moscas me atosigaron, habían estado tranquilas por kilómetros, pero
aquí eran insoportables realmente.
El atardecer
con un sol rojo mayúsculo fue de los mejores. Aquí el color del sol hace juego
con la tierra…rojo profundo, tipo ladrillo.
Por suerte
las moscas, apenas se va la luz desaparecen, es el momento de hacerte el café y
otros la cena, en total tranquilidad…sin estar luchando contra ellas.
Me desperté
con el amanecer y me puse en actividad, muy temprano estábamos rodando con la
Dinga, pasamos Billabong hasta llegar a Overlander. Allí el camino se dividía
para llegar a Shark Bay, tenía que meterme ciento cincuenta kilómetros, para
llegar a Monkey Mia…Esta es una bahía donde se mete dentro de ella, una especie
de península de unos ochenta kilómetros de largo.
Un lugar
paradisiaco, la primera parada fue en la playa Shell, totalmente blanca y de
aguas transparentes.
No había
arena, el suelo estaba formado por conchillas molidas que daban el tono de
blanco puro, en una enorme extensión. En uno de los costados de la playa hay
como una planta donde se muele la conchilla, manteniendo inalterable el lugar.
Cerca del
mediodía pase por Denham el pueblo del lado oeste de la península, al mediodía
había entrado en la reserva de Monkey Mia.
Arme el
campamento, me cambie y fui en busca del agua…que placer!! Nadaba con tortugas,
faltaban los delfines, pues estaba un poco ventoso y el mar picado. Para que
estos arrimen se necesita aguas calmas, ellos van encerrando su comida contra
la costa, por lo cual en momentos están nadando entre la gente. Hay una especie
parecida al pejerrey que forma enormes bancos, de varios kilómetros a lo largo
de la costa, el Delfín viene a
alimentarse de ellos.
Si no
aparecieron los delfines, vinieron las gaviotas…la cosa fue que eran como las
14:45 y nada de almuerzo, por lo cual me mando una piza…una pizza con ananá, se
veía deliciosa…
Cuando abrí
la caja ya tenía dos incitados en la mesa, una pareja de gaviotas…mientras comía
empezaron a caer el resto y a rodearme…por suerte las dos primeras que llegaron
defendían la mesa a capa y espada…por lo cual de tanto en tanto les daba su
recompensa…fue una larga batalla, yo tratando de comer mi pizza, la pareja
defendiéndose como contra veinte gaviotas mas, cuidando el territorio que
habían alcanzado primero. El hecho era que cuando les daba su recompensa las
otras enloquecían y arreciaban sus ataques…pero aguantamos hasta el final de la
pizza estoicamente.
Igualmente
disfrutar de una pizza fue lo más…cada vez que me mando un plato, lo disfruto
como si fuera el ultimo…es que no se cuanto resistirá el bolsillo y empezaremos
con economías de guerra…estamos cercanos al límite…pronto solo va a quedar para
el tanqueo…y ahí sí que voy a tener que usar los recursos extremos…
Los animales
de aquí se pasean tranquilamente por delante mío, sin saber que tan cerca están
de ser mi comida…jajajajaja!
Ayer vi unos
patos, y se me ocurrió hacer el sistema de Mingo, tirarles un maíz con una
perforación por donde pasa un hilo…esperas que se lo coma…y a la bolsa!
Para
colorario, andan siete avestruces por el campamento…no les cuento lo que fue
tomar el café con leche en la tardecita…estos bichos no le temen a nada y
pueden arrimar su pico y sacarte la comida de la boca…son muy atrevidos y su
pico es bastante grande como para no cuidarse, por lo cual termine mi café
escondido en una especie de galpón, lejos de ellas.
En este
lugar fue donde vi por primera vez camellos…salía buscarlos, pero se me
perdieron rápidamente entre las callecitas de Monkey Mia…me dormí y ya no pude
alcanzarlos.
En la noche
aproveche el tiempo para recargar baterías, escribir un rato…fue uno de los
pocos momentos que tuve conexión…el teléfono falla en algunos lados y en otros
el wify…por lo cual me resulta complicado a veces subir mis cosas...
Me desperté
muy temprano, pero hacer el desayuno y levantar el campamento entre los
avestruces, me llevo mi buen tiempo.
Ellas no tenían
problemas, picoteaban las bolsas, las carpa…te pasaban por arriba de las
cosas…las corría de un lado y se me venían por otro…al final, pude levantar
todo y salir con rumbo a Overlander…
Tena de
repetir el camino del día anterior…por lo cual tomo una decisión bastante
jugada, probar el rendimiento del tanque.
El retorno
fue bastante jugado…en el tramo a Overlander, había hecho como 90 Kmts y metía para llegar a Monkey Mia unos 156 Kmts
mas…ahora tenía que repetirlos y llegar a Overlander para tanquear, pero si no hacia
esta prueba, nunca iba a saber realmente cuanto rendía mi tanque…fue una
lotería, pero llegamos a Overlander sin problemas y con suficiente resto como
para 50 Kmts mas.
La distancia
que podía recorrer sin tanqueo era de 440 Kmts…una buena distancia, para el
caso de necesitarla.
Cuando
abandone Overlander, el sol empezó a calentar duramente…no le di mucha
importancia a esto, pero fue el comienzo de días de altas temperaturas. Sin
darme cuenta se venían las etapas más duras del viaje hasta ahora.
A pesar de
la alta temperatura intente llegar a Carnavon, pasando por Wooramel Roadhouse
pero abandonamos a 90 kilómetros de este, nos tiramos a acampar…estaba cansado
y no daba para matarse.
A las ocho
de la mañana estaba en carretera, el sol ya picaba…a las diez ya estaba en
Carnavon, una vuelta por la ciudad y de vuelta a ruta…la sensación térmica en
carretera era de 45 o 48 grados…fue un día durísimo…hacíamos media hora y
parábamos también media hora…el agua nos quedo corta…un litro no dio para nada…después
de pasar Carnavon pensaba avanzar lo más que pudiera para poner a Karratha a
tiro para el otro día. Andaba y parecía que no avanzábamos nada, mantenía la
misma velocidad, pero nos calentábamos demasiado…hacia treinta kilómetros y el
motor de la Dinga parecía prendido fuego…en ningún momento echó para atrás…se
mantuvo firme siempre que le pedí…pero la calor nos estaba dando una paliza…
Cuando
llegue a Miniya Roadhouse, no me aguante mas…pedí una cabina. Las cabinas son
una especie de containers, mucho más livianos que tienen cuatro habitaciones
sin baño, el baño es compartido. Pero tienen aire acondicionado y
electricidad…algunos con heladera y televisión, pero estos son caros.
Generalmente hay cabinas viejas, con aire, pero sin heladera ni televisión que
te salen la tercera parte que las que están bien…pero para dormir una noche en
un colchón confortable y un poco fresco es una buena opción.
Metí a la
Dinga debajo del techo que sobresalía y quedo a cubierto de todo, en esa noche.
Aprovecho
para escribir y recargar baterías, me empieza a dar problemas la conexión de
wify…como que tengo señal, pero no accedo a internet…eso es un problema que
aquí es imposible de solucionar, como explico lo que me pasa?... Y a
quien?...vería si más adelante esto continuaba…tendría que preguntarle a Daniel
mi maestro en estas tierras a ver qué podía hacer…también debería esperar el
momento, pues si no llegaba a un pueblo, el puto teléfono no tenia señal.
A las cinco
estaba en pie, pensaba hacer unos cuantos kilómetros antes de comenzar a sufrir
el calor…pero entre una cosa y otra me entretuve bastante, cuando arranque el
sol estaba saliendo.
A la Dingo
le costó arrancar, el día anterior había sufrido demasiado calor y se ve que en
algo lo había sentido.
Llegara
Karratha fue imposible, el calor era insoportable, pasamos Nanutarra sufriendo
como locos, hachamos gasolina y continuamos, dando batalla dura…si esto seguía
en creciendo, tenía dudas de cuanto podía aguantar el motor.
A noventa
kilómetros de Karratha, le pongo fin al sufrimiento y me meto en Fortescue
Roadhouse en busca de acampar.
-
Ten
dolars!
-
Is
okei…
Y armamos
campamento donde nos pareció apropiado…los baños estaban hechos un desastre…por
lo cual optamos por quedarme como estaba.
Lo bueno era
que tenían una taberna que habría a las cinco, por lo cual me baje dos Carton
Draugh y me fui a dormir…dormir fue un decir…cualquiera entraba al predio e iba
en busca de los baños, no solo entraban con sus vehículos, sino que además los
dejaban prendidos y se ponían a conversar.
Las voces y
los ruidos retumbaban en la carpa como si estuvieran dentro de ella, fue
imposible conciliar un sueño profundo.
Esa noche
aprendí que si quiero dormir lo tengo que hacer lo más lejos de la gente
posible, y tampoco te garantiza nada.
El calor,
que era tanto como el del día, sudaba a mares y la luna, pequeña aun, pero en
el desierto alumbra como si fuera un foco…hasta las estrellas creo que dan luz,
todo se confabuló para que mi jornada empezara a las cuatro treinta…
Sin
desayuno, salí como una tromba…por momentos calor y por momentos frio…pero
devoramos los kilómetros que faltaban a Karratha…a las siete había hecho ciento
once kilómetros hasta un supermercado dentro de la ciudad. No pude conseguir
leche en polvo, pero me traje algo parecido con mate…recargue la crema de maní,
el café…intente comunicarme por wify y nada…por teléfono tuve charlando con
Daniel y hablamos de que iba a comunicarse con la kimco a ver si les sacaba un
service en Darwin…Me comento que seguía en gripado y que el invierno estaba
instalado en Sidney.
Tarado fui
que no le comente nada del wify y quien sabe cuando tendría de vuelta otra
comunicación con él.
Daniel tiene
la cualidad de que todo lo que me cuesta hacer, el te lo soluciona en dos
patadas.
Pero bueno,
solo restaba seguir adelante…y me dirigí a Port Hendland…de vuelta al suplicio
del calor en carretera…otra jornada durísima…como a las catorce y treinta
estaba entrando en la ciudad…
Antes de
llegar había visto una mina de cielo abierto enorme, la carretera pasaba por
encima del camino de las maquinas cargadas de hierro, eran realmente gigantes
de carga…en una vía anchísima…
Pero no fue
lo único grande que vi, al entrar paso por encima de un tren que abarcaba mucho
más que mi radio visual, ocupando todo el horizonte y más todavía. Nunca en mi
vida vi algo tan extenso, me rodeaba casi por completo. Creo que hice doce
kilómetros para entrar en la ciudad y seguía viendo vagones y maquinas.
A la entrada
una enorme montaña de sal, también gigantesca. Al costado de la carretera tres
enormes piletas de sal y varias maquinas trabajando a full, para darle de comer
al monstruo que estaba formando su tercera montaña.
Entre a la
ciudad y me detuve en una gasolinera…el rato que estuve allí, enfriando la
Dinga fue un desfile de mujeres hermosas…venían a echar gasolina hasta con
vestidos de noche…mientras yo estaba como un gato, mirando la
fiambrera…imponente desfile!
Un
australiano se pone a charlar diciéndome que el tenia una Yamaha y lo que
estaba haciendo estaba muy bueno
-
Acomodation
chip ?- pregunto haciendo un gesto en redondo
-
No
chip…me explica…very espence – y reitera mi gesto en redondo.
Trata de
explicarme que en el South Hendland puedo acomodarme barato.
Basado en
sus explicaciones, vuelvo sobre mis pasos, buscando el sur de la ciudad…pero
antes se me abre la bifurcación de la uno, por lo cual decido seguir adelante.
La uno
estaba bastante pesada, unos kilómetros antes se une con la noventa y cinco,
que viene desde el centro. Desde allí en adelante aparecieron los peligrosos
road train, con sus cuatro zorras…no sé cuantos me pasaron esa tarde, pero eran
unos cuantos…si el transito hasta Darwin iba a ser así de complicado, sumado al
calor, nos esperaban días difíciles…muy difíciles.
Había hasta
la Roadhouse de Pardo ciento treinta kilómetros, que decido hacer, para arrimar
un poco más a Broome.
El día fue
de un calor intenso, seguía con la sensación de cuarenta y cinco…y un poco más,
era imbancable.
Creo que si
el infierno tiene una puerta, debe de estar cerca de estos lugares…no creo que
en ningún otro lugar tenga otra.
Aquí hay
varios lugares abandonados, si se fueron ya tengo la razón, no aguantaron este
calor.
A pardo no
llegue esa tarde, paso un rio de grandes arboledas y me vuelco a la derecha, no
tenia que pensar mucho…veo algunas casa rodantes y me alejo de ellas, buscando
un poco de tranquilidad.
Armo la
carpa y no le pongo el sobre techo para combatir un poco el calor, todo bien,
me hago mi café y hasta intento pescar algo en el rio. Muy disfrutable todo, un
veterano de una casa rodante se acerca buscando un poco de charla y me cuenta
que había pasado en febrero y el agua estaba por la copa de los arboles, además
se veía en ellos las marca que deja la creciente.
Cuando cae
la noche rendido me acuesto, los mosquitos empiezan a rodear la carpa…mis oídos
escuchaban ese concierto de zumbidos, que por momentos crees que están adentro.
También se agrega otro ingrediente, hay una especie de chicharra, que hace el
sonido similar a un tubo con semillas…con este concierto constante mas una
camioneta que entro como tres veces y que cada vez que ponía la marcha atrás
empezaba a hacer un pitido insoportable en la noche, dos o tres vehículos que
entraron a dormir, el mugido de una vaca perdida en la orilla del rio, y la luz
de la luna, que alumbraba como si fuera de día, hicieron un combo, para que el
sueño continuo, fuera imposible.
Desde que
llegue a Australia no he podido dormir ni una noche de continuo…me resulta
imposible. Lo peor es que me van cansando de a poco y mis energías cada día
disminuyen más. Esta tierra intenta ganarme a la larga, pero aun confío en mi
resistencia.
En la mañana
me despierto y desciendo la loma para orinar a orillas del rio, cuando subo una
manada de vacas, tipo Cebu (por la joroba) viene a tropel por el bajío. Se atropellan
y algunas suben la loma… me tengo que enfrentar a ellas para desviarlas de la
carpa, si la agarran no me dejan nada. Pero pude desviarlas a tiempo, estos
bichos son grandes y en manada, no les importa nada. No sé que las puede haber
asustado o cual era su prisa. Pero para comienzo de la mañana fue un momento
que te deja tranquilito para todo el día….jajajajaja.
Empezar a
correr tarde, con esta calor es jodido…pasamos Pardo Roadhouse bien pero ya
calentando bastante…el tramo hacia Broome se hizo insoportable…
En Pardo me
comenta que la temperatura en Port
Hedland del día anterior fue
-
Forti
guan!
Mientras me
manyaba una panceta con huevos y tostadas.
No estaba
tan errado al sentir que iba como en 45º…pero ahora lo sentía más duro…no sé si
fue el cansancio, pero no daba más, los brazos en dos días me quedaron negros,
tan es así que hasta los aborígenes me hablan como si fuera uno de ellos!
Llegue a
Sandfire Roadhouse y me caí del todo…pregunte por una cabina y me metí dentro a
las catorce horas…con aire acondicionado, dormí hasta las cinco y media.
Esa noche mire
en el informativo que las temperaturas de las ciudades siguientes, estaban en
el rango de 37º, y una que especialmente me preocupaba era la de Alice Spring, pues era en el centro del territorio y si
estaba alta, estaba realmente en problemas.
Pero no
daban una alta de 27 º, por lo cual me dejo contento, que saliendo de Darwin la
temperatura empezaba a bajar.
El descansar
en Sandfire me repuso las energías, cuando desperté de la siesta me pegue un
baño y me tome una Carton Draugh bien helada.
La
gasolinera era un parque de arboles de mango, lleno de pavos reales y un
camello viejo…por lo cual salieron algunas fotografías.
Ese fue un
punto de quiebre, generó que cambiara la estrategia para el desierto y me
pusiera las pilas con todo.
La Dinga había
perdido una gota de aceite…por lo cual había parado a tiempo, y el daño no fue
tan grave.
En la mañana
después de su descanso, prendió de primera, el descanso le vino bien también a
ella. Esa gota de aceite me preocupo, pero ahora estábamos bien.
Fue un día
intenso, tenía que cubrir trescientas treinta kilómetros hasta Broome.
Comenzamos a
las cuatro treinta con el desayuno y partimos raudos. Antes de las seis ya me cruce con dos canguros, pero las perlas
estaban más adelante…como a las siete veo un brillo en el medio de la carretera,
aflojo y veo avanzar hacia mi lado una tremenda víbora dorada…tenía más de un
metro…pasarle por delante nada, me tiro hacia la derecha y la adelanto por el
otro carril… Fue tal la sorpresa o susto que la bicha se perdió en el pasto
tranquilamente…yo termine reaccionado y parando como a veinte metros…no daba
para hacer nada…cuando pase a su costado su imagen me quedo gravada, no deseaba
tener un enfrentamiento con ella…nunca!
Después de
las once teníamos doscientos cuarenta kilómetros en el bolsillo, pero el calor
arrecio y cada veinte kilómetros, paraba media hora…era un fuego la carretera…me
mojaba todo y a los veinte kilómetros, estaba seco, como si nada.
Cada veinte kilómetros,
elegía cualquier árbol que nos diera sombra y me mandaba de una, quedando
debajo de su sombra.
En una de las paradas, me meto al monte a
orinar, apenas me interno me enredo la cabeza con algo, retrocedo y el hilo no
se rompía, me aplico y veo que no es un hilo, es una telaraña.
Una telaraña
dorada y muy fuerte, miro hacia arriba y una araña gris como de cinco centímetros
me miraba…enorme era la araña y que fuerte resulto su tela…podía cazar un pájaro
si quisiera.
Dije que era
enorme, después de un par de fotografías la pase a otra vida, que me perdone si
reencarno alguien allí, pero era bastante peligrosa dejarla viva.
Como a las quince horas llego a Broome sin
novedad, una ciudad tropical totalmente, con palmeras y mucho verde, el mar
esmeralda…pero a kilómetros de distancia. Solo se apreciaba el barro de la
bajante y a lo lejos el mar verde, azulado.
Por lo cual
me quede sin baño, y volví a la carretera en busca de Derby…ahora estoy
acampando y tomando una cerveza en una gasolinera.
Mañana
encarare Derby y me meteré tierra adentro, buscando Halls Creek y Fitzroy
Nos
meteremos tierra adentro en Kimberley, una de las zonas más bonitas del norte.
Ernesto Urrestarasu
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