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18 de abril de 2013

Capítulo III


El viaje de los sueños

Australia:”Todo por la izquierda”

Crónicas de viaje, capítulo III

Mi despertador natural de todos los días, eran los cuervos…emitían un grito que me despertaba inmediatamente. Ellos comenzaban con sus graznido, gritos y chillidos, apenas empezaba a amanecer…después de eso era imposible que volviera a conciliar el sueño.
El ritual de siempre en la mañana, el desayuno y levantar campamento.
La nota fue que un viejo australiano, se acerco y me dio un papel…en él había escrito que mi nombre era…puntos suspensivos…que no hablaba inglés y que dentro de mis maletas no tenía ninguna fruta…
El día anterior se había mostrado preocupado, cuando le dije que iba hacia Perth…supuestamente lo que entendí, era que había un control más adelante…que te podían encarcelar si llevabas alguna fruta…Le agradecí el hecho que se preocupara por mi haciendo aquel papelito, que supuestamente me sacaría del apuro, al llegar al control.
Monté en la Dinga y salimos a internarnos en el Yumbarra Conservations Park…el día estaba divino, sol a pleno y fresco como para hacer kilómetros sin problemas.
En Poochera me vuelco a la Izquierda, en busca del mar…así llego a Streaki Bay y Smoki Bay de increíbles aguas cristalinas, remontando hasta Ceduna y Penog, sigo adelante y me meto en Nuganoor, el principio del Nullarbor…esta zona es el reino del wombats, un marsupial que llega a tener un metro de largo y vive en madrigueras que escava con sus fuertes uñas.
Aun siendo su reino, de hábitos nocturnos… fue imposible ver alguno.
La mayoría de los animales que habitan el desierto se mueven en la noche.
En un momento, con tremendo sol, empezamos a sentir el fresco del aire…sentía la presencia del mar.
El problema surgió cuando vi lo que estaba haciendo…estaba cruzando el desierto y a unos mil o mil quinientos metros a mi izquierda iba un corredor de acantilados…
Parar la moto, bajar y caminar hasta el borde, era tarea cansadora.
Pero bien valía la pena, las aguas y el paisaje que tenia frente, eran hermosos…esto consumió mis energías…eran muchos kilómetros hasta Yarata, demasiadas paradas y caminatas.
En la tardecita llegue a Yalata…preparo la cámara en el casco, iba a entrar en un pueblo aborigen de lo más grande de la zona…
De vuelta la decepción…parecía un pueblo fantasma algún niño aborigen en las calles…pero el resto como desaparecido.
Abandono Yalata sacudiendo la cabeza, sin tener aun, contacto directo con aborígenes. Me eran esquivos, pero tenía confianza en poder interactuar con ellos en algún momento.
Más adelante me detengo a hacer el campamento en soledad.
Cuando armo el campamento y no hay nadie a metros a la redonda, ya sé que va a ser una noche de sobresaltos, cualquier sonido me saca del estado de vigilia…no puedo dormir profundo, todos los sonidos son desconocidos…y uno pasa el tiempo tratando de asociar el sonido a que fue lo que lo emitió. Escuchando con atención, hasta que por fin el cansancio gana y puedes dormir un rato, hasta que los cuervos comiencen la tarea.
La mañana me encuentra estudiando el mapa, me esperaban 433 Kmts hasta Madura, en medio del Nullarbor Regional Park…
Pasamos Border Village, Eucla hasta llegar a Madura…la monotonía del desierto nos llevaba rápido…las imágenes eran todas similares, por lo cual solía tenia que dedicarme a rodar y parar en los momentos en que decidía hacer un descanso para la moto y enfriara un poco.
En estas zonas el tanqueo era caro, hasta 1,99 el litro de gasolina…pasaba de 10 dólares a pagar 15 por cada medio tanque.
Pero trataba de mantener siempre con cargas completas. Llegaba a medio tanque y llenaba, no podía arriesgar a dejarlo bajar mucho, pues más adelante era siempre incierto.
Podría haber gasolineras, pero de pronto no tener nafta y dejarte tirado. La prioridad en estos viajes, es el tanqueo…es lo que te va llevar adelante siempre.
Puedes prescindir de cualquier cosa, pero la gasolina nunca, nunca puede faltar.
Salir de Madura en la mañana nos llevo a enfrentar el paso de entrada, venia andando en las llanuras y así de una cruzar el paso de Madura fue la sorpresa del día.
El día anterior había tenido mucho calor, por lo cual elegí salir solo con una camiseta…mala elección…el día permaneció nublado y en la altura que andaba, se hacía sentir el frio seriamente.
Estas cosas me desubicaban, esperaba seguir en el llano y con un calor agradable y no resultaba como pensaba…todo era muy cambiante. El frio que sufrí en el sur, creía que había terminado, pero estaba persistente…estaba en el desierto y continuaba.
Esperaba andar de camiseta por estas tierras, pero hasta ahora lo menos que me he puesto para viajar es una camiseta, buzo y campera…hasta con dos camperas se me ha visto.
Más adelante algunas gotas empezaron a azotar el casco, la visión se hacía por momentos jodida…el día fue largo, entre la lluvia y el frio solo me aplicaba a tratar de pasar el momento malo, esperando mejores condiciones. Llegar a Balladonia fue larguísimo…me estaba bajando la gasolina velozmente y en Balladonia solo aceptaban dinero, no tarjetas de crédito.
La tarjeta siempre se puede utilizar en cualquier lado, pero esta era la primera gasolinera que pedía efectivo…veo que me quedaba más de medio tanque y arriesgo a llegar hasta Noserman con lo que quedaba…tenía que cubrir como 180 kilómetros.
Fue un riesgo que no valía la pena correr…constantemente mirando como bajaba la gasolina, tratando de dosificarla para llegar…me jure que me mantendría en el plan de todos los días…con el viento apenas llegue a donde me había marcado.
Noserman, era el primer lugar donde tenía señal de teléfono y wify, después de varios días.
Llamo a Daniel y conversamos un rato, después de varios días, tener un dialogo con él lo tranquilizo bastante, pues el no responder al teléfono por varios días, lo tenía en vilo.
Nuestras charlas siempre en un tono de broma, me hacían sentir bien…es bueno en tierras tan lejanas, que alguien se preocupe y siempre tenga alguna chanza para levantar el ánimo.
Luego de hablar, probé comunicación con internet y funcionaba, pero en nuestro país era un poco tarde…a veces me conectaba para hablar con familia y amigos, pero no encontrarlos me tiraba el ánimo abajo…
Salí de Noserman y como a cinco kilómetros del pueblo encontré un lugar donde acampar. Una cosa que había hecho bien era traer un toldo plástico de camuflaje, arrimaba bien la moto a la carpa y se lo tiraba por arriba, cubriendo ambos…esto hacia  al campamento casi invisible dentro del bosque. Tenias que mirar muy bien para descubrirlo. Así me aseguraba de que si estaba en un lugar no debido, pasara lo más inadvertido posible.
Creo haber aprendido a solucionar el tema de campamento free, es una de las partes más costosas en el viaje, es todo un problema conseguir camping gratuitos…los camping pagos están en la franja mínima de 20 dólares. Si lograba agarrar la mano desde aquí en adelante entraba dentro de presupuesto.
El tema esencial son la policía y sus multas, el no cumplimiento de las normas llevaba castigos muy caros…y debía de tener cuidado donde armaba el campamento si no quería tener problemas.
Por suerte cada día, aprendía más del movimiento en carretera y poder visualizar lugares donde acampar era todo un logro.
Empecé a usar un sistema, buscaba casas rodantes que se estacionaban en el bosque, y armaba campamentos cercanos a ellos, eran locales y sabían donde quedarse.
Por el contrario, cuando no los encontraba, no tenia parámetros para hacerlo, por lo cual todo era una lotería.
Esa noche me acosté sin nada en el estomago, no tenia agua y a su vez no quería ser visible…no sabía dónde estaba ubicado.
En la mañana retorne a Noserman, me cargue las botellas de agua y conseguí el pan de sándwich que tanto apreciaba…hacia dos días que se me había terminado y en las gasolineras generalmente no había.
Salgo de la ciudad y en un parking al costado de la carretera armo mi desayuno.
Con la panza llena, pongo proa a Esperance, bajando al sur para luego seguir en paralelo a la costa hasta bajar a Albany.
Llegar a Esperance era recorrer 180 Kmts desde Noserman…había algo que me preocupaba en la moto, en la garantía pedían una regulación de válvulas a los 4000 Kmts y ya llevaba un poco mas de 5000 Kmts…si no quería perder la garantía debería hacerlo en esperance o en Albany, sin más dilaciones.
Cuando comienzo a entrar en la ciudad de Esperance, veo un local de motos de Honda y más adelante Yamaha, me meto en el de Yamaha…para hacerles entender lo que quería fue imposible, al fin terminamos recurriendo al google translator…después de varios intentos, podemos acercarnos a la idea.
Me explican que había un representante de kimco, que si quería un service oficial, debería ir allí.
Un joven se ofrece a llevarme hasta allí, en la traducción, me explica que el service de kimco era un taller especializado en cortadoras de césped…sonreímos y salimos en su busca.
En Uruguay unos de los mejores preparadores de kart para competición era un encargado en la casa de la motosierra…ellos están habituados a tratar motores similares a las motos. Eso no me ponía nervioso.
Otro tramite engorroso, entendernos sobre lo que quería que  hicieran en la moto…saque le librito de garantía de Kimco donde marcaba la regulación de válvulas. Arrancamos en 180 dólares…regular y cambiar de aceite y revisar bujía. En 90 hacían solo la regulación…estaba bien, dentro de todo al resto lo hacía yo.
Después de un tiempo, como cuatro horas me dicen que las válvulas estaban bien…que las habían revisado y no necesitaban nada…Durante ese tiempo ni tocaron la moto.
Desesperado llamo a Daniel para pedir explicaciones por qué no se había hecho la regulación, no habían trabajado en la maquina y me cobraban 30 dólares y no habían hecho lo que les había pedido.
Al final, Daniel me tranquilizo de que ellos iban a firmar en el libro de garantía como que se había hecho el service y estaba todo bien.
Con eso me alcanzaba, si a la moto le sucedía algo, yo no perdía la garantía…y ese era el precio a pagar por este sellito de la firma en la garantía.
En otras palabras, unos chantas los del service. Salí de allí con la idea de que tenía que haberlo hecho en Yamaha al service, tal vez eran un poco más serios.
Había llegado antes del mediodía, esperar como cuatro horas que se enfriara para regular, se me fue el día sin hacerle nada. Tan nada no fue, mientras estuve por allí regule la cadena y le limpie el filtro de aire. Para mi sorpresa ese polvo rojizo del desierto no tenia presencia en ningún lado…
Esa tierra rosada, tan apreciada por la bmw de willi, en esta moto estaba ausente.
Termine la tarde en un Caravan Park, gastando 20 dólares por agua y electricidad…tenía todas las baterías fundidas, necesitaba recargar todo el equipo.
Celso me había regalado un adaptador para la batería de la moto, y con Daniel habíamos encontrado otro adaptador que iba en el de Celso, pasando desde el voltaje de la moto a un puerto USB…esto me solucionaba la carga de la go pro, pero no sabía si de la laptop y de la cámara. Además tenía que colocarlo y de boludo, aun no había hecho las conexiones.
Estos artefactos junto con la cocinita de Celso eran una joyita de la tecnología, aplicada a hacernos la vida más fácil en carretera.
Esa noche mientras escribía en la cocina del camping y recargaba baterías, llego un italiano llamado Marcelo.
Lo bueno de Marcelo es que hablaba español, viajaba con su nova desde Sidney con rumbo a Perth, en busca de trabajo.
Cambiamos opiniones, donde le comentaba a él la seguridad que había en este lugar, podía dejar la moto tirada en cualquier lugar y cuando volvía todo estaba como lo había dejado.
Marcelo estaba de acuerdo, me comentaba que en su país no se podía hacer como acá, que una vez cerrada la oficina del camping, la gente ponía en un sobre el dinero, y lo dejaba colgado en la puerta. En su país si se instrumentaba esto, nadie dejaría el sobre con dinero, y en caso de dejarlo, habría alguno, cuidando para llevárselo él. Esto era algo imposible de hacer en nuestros países.
En lo que discrepamos fue en la educación. Para eso me puso ejemplo de un caso que había sucedido.
Al parecer un joven baño a su gato y lo puso a secar en el microondas, como consecuencia el gato exploto. El chico inicio un proceso, pues en el microondas no había un cartel que dijera que no se podía poner un animal vivo. Por lo cual además de matar al gato, al joven se le pago un dinero por tal acción.
Es que aquí está todo escrito en carteles, ”aquí puede correr”, “no puede pasear con perros en este lugar”…”esta senda es solo para bicicletas”,” por este lugar, usted puede hacer training”, “en este lugar puede estacionar”, “no puede encender fuego”, etc.…
Entonces como que la sociedad se acostumbra a esos carteles y pierde en parte la capacidad de razonar…
-        A nadie se le pasa por la cabeza poner un gato en el microondas!! Solo a un tarado!...así que Ernesto, no te creas que la educación es tan buena…
Fue una charla muy cómica, pues el italiano tenía la misma sangre latina y se apasionaba en sus apreciaciones. Sus gestos y el hablar en un tono alto, cagándonos de la risa, les llamaban la atención a cuatro alemanas y su novia que hablaban entre murmullos, tratando de no molestar a los otros.
Yo igualmente me quedaba con los valores que tenia la gente, no eran ventajeros, cuando lo necesitas te ayudaban, tenían valores de respeto y de trabajo a pesar de que la educación no anduviera tan bien. Eran atentos y se dirigían a uno amablemente.
En la mañana me puse como objetivo llegar a Albany, eran unos cuantos kilómetros, entre sierras de campos de pastoreo. Los lugares eran bonitos, los campos se sucedían como colcha de retazos, combinando colores y bosques pequeños.
El frio seguía empecinado en nuestra marcha, lo bueno que se podía hacer bastantes kilómetros sin descansar, pues la moto calentaba poco.
Pase Albany, solo deteniéndome para sacar algunas fotografías, el cielo estaba nublado y se presagiaba la lluvia. Trate de acercarme lo más posible hacia Perth, tratando de manejar hasta donde pudiera. Había prometido estar en Perth el viernes de tarde, eso habíamos arreglado con Rocío, una peruana amiga de Malena. En Denmark empezaron a aparecer las primeras gotas…el resto de la tarde hasta entrada la noche fue lleno de altibajos…surcaba entre inmensos bosques y curvas y cada tanto algunas gotas…por suerte parecía que el agua iba delante mío descargando su cuota, y cuando llegaba a pasar solo me quedaban las últimas gotas. Este juego siguió hasta entrada la noche. El tema es que no encontraba un lugar para acampar…anduve bastante en la noche hasta que me agarro el agua…me orille en un lugar de parking y busque un lugar alejado de el, para armar el campamento. Armar bajo lluvia era complicado, pero el toldo me lo hacía bastante fácil, mientras armaba la carpa por debajo de él. El lugar no sabía si era correcto, pero tenía como escusa la lluvia.
El agua fue persistente toda la noche, el toldo cubría todos los elementos y no me entraban ni las balas. Lo único preocupante es que estaba a la salida de una curva…pero un árbol cubría cualquier suceso que pudiera acontecer en ella.
La mañana estaba igual, seguía la lluvia…desarmo la carpa junto todo, y me dedico a hacer el desayuno debajo del toldo (una lona plástica tipo carreteiro camuflada), me hago un par de sándwiches y me los manyo con el café. Apenas los termino, con la tasa en la mano me pongo a estudiar el día, miro hacia donde tenía que ir, estaba cerrado el cielo.
En eso a veinte metros se detiene un patrullero, se baja un policía y examina los tachos de basura. Sube y se detiene junto a mi…me pregunta si está todo bien.
-         Okeii, veri gud! Rainin…si rainin no draivv…
Como que lo entiende y se alejan…Jajajajaja… yo me sentía como 007, con licencia para matar…no me quedo claro si me perdonaron la vida por la lluvia o estaba en el lugar correcto. Nunca lo sabré.
Termine con la taza de café, amarre todo, deje el toldo lo mas a mano posible y me interne en la lluvia, al principio con recelo,  estudiando el comportamiento de la kimco, pero la llevaba bien.
Estaba a 245 kilómetros del destino, rumbo a Perth, pasando por Bunbury, Madurah, Rockingham y Fremantle hasta llegar a Melville.
La lluvia no mello el ánimo, sabía que al final del camino me esperaba una familia, con todo el calor de un hogar y además hablaba español.
Desde que había salido de Sidney no había tenido la oportunidad de estar todo un día con gente de habla hispana…es en ese momento que te das cuenta lo solo que has estado, y cuanto aprecias estas oportunidades.
Cuando empiezo a enfriarme me cambio de vaquero, camiseta y buzo para enfrentar los últimos kilómetros, tengo que dejar los guantes de lado, estaban empapados…las camperas lo mismo, pero al estar seca la ropa de abajo me sentía confortable.
Llegue a la casa de Rocío y Rolando como un pollo mojado…después de los saludos (era la primera vez que nos veíamos, gracias a Iván) empecé a entrar las cosas por un portón del costado y llevarlas al fondo. A Daniel le había invadido la casa con cosas secas, aquí no podía hacer esto, estaba todo hecho un desastre, por lo cual acomodo todo debajo de un techo en su fondo, que oficiaba de cuarto de trastos. Allí trate de arreglar lo mejor que podía las cosas para que fueran secando. Un café y una charla con Rocío donde más o menos tratamos de contarnos un poco de nuestras historias a manera de conocernos y un baño luego me hicieron otra persona.
Estaba entre gente amigable y eso me llenaba de energía y buen humor.
Más tarde llego Rodolfo, pero junto con su esposa tenían una reunión de trabajo con un constructor, por lo cual anduve deambulando por la casa hasta que termino.
Me habían asignado una habitación, y ya tenía la ropa que necesitaba lavar apartada. El plan era estar dos noches y luego seguir hacia el norte. Ese era el plan, pero esta gente con su manera de ser me lo derrumbaría fácilmente.
Luego de la reunión, nos empezamos a poner al día con cuentos e historias. Rocío era una persona muy dulce y Rolando un hombre afable y cordial. Se habían conocido en Perth, ya llevaban más de veinte años en Australia. Ambos eran gente de trabajo duro que la luchaba todos los días.
Esa noche organizaron una cena con otro matrimonio peruano: Jorge, su esposa Mariana y sus hijos Luana y Pablo…fue una noche muy bien regada con varios ingredientes, cerveza, vino y hasta pisco. Después de esas mescolanzas, ya no había defensas y la reunión transcurrió en un tono alegre y jovial. Jorge era un medico peruano que estaba encargado de la producción de arreglos florales, llegando su influencia hasta Sídney inclusive.
Nos fuimos a dormir bastante “chupados”, ya había planes para el día siguiente…estaba desgastado por el trámite de la lluvia y las bebidas…se que esa noche caí muerto.
Cuando mis amigos los cuervos me sacaron, de valla a saber que dulce sueño…ni las en las ciudades te dejaban en paz.
Ya los estoy tratando de imitar, si al final del viaje no hablo inglés, seguro que hablo como cuervo.
-        Relájate - me dice rolando
-        Concéntrate.
Que me voy a relajar y concentrar, sus graznidos son como un ataque a mis oídos.
El plan del día era un cumpleaños como desayuno, otro cumpleaños como almuerzo y una cena entre amigos.
Iba a ser un sábado movidito…ya estaba cansado cuando me levante…tenía muy pocas energías, pero podía interactuar con mucha gente, donde podía hablar en mi idioma y tener opiniones de primera mano.
El desayuno era el festejo de cumpleaños de Jesús, otro peruano, “compadre” en palabras de Rolando, donde estaban su cholita Janet, Marita, Daniela, Tula…Rolando, Rocío, y su hijo Ryan…
Según Rolando, cuando fue a pagar le dijeron que por esta vez pasaba, pero la próxima vez que me trajera me cobraban aparte.
Era un desayuno bufet, había de todo, desde una especie de guisito de arroz, pasando por papas tipo milanesa, panceta frita, tomates horneados, panqueques americanos, varias variedades de panecillos, otros panecillos dulces, frutas, tortas, yogurt, leche, café y té. Era como canilla libre de desayuno. Al final no comí tanto solo dos platitos y un par de cafés con leche. Una sola aclaración, aquí hay dos tipos de azúcar, blanca y rubia…la rubia es un poco más dulce que la blanca, pero ambas no endulzan un carajo, tengo que poner siete cucharadas a veces para endulzar una taza de café fuerte.
El lugar del desayuno era una especie de club con un gran parque, mesas al aire libre…a orillas de una enorme bahía…la nota era que había en la parte de parque un casamiento(es muy común ver en los parques casamientos al aire libre, muy simples, pero vestidos de gala) amenizado por tres violines femeninos.
Esto son las cosas que tiene esto, un día vas como un pollo mojado por la carretera y al otro desayunas entre violines gracias a gente que se cruza en tu camino accidentalmente.
Aunque estar en la casa de estos amigos no sea tan accidental, pues intervienen un amigo peruano, Iván Ayala y Malena.
Al salir del aquel lugar, donde pase de puta madre, como dicen los españoles paramos en algunos puntos de Perth, una ciudad donde le dan especial atención a los parques. Son innumerables estos, mucho espacio dedicado, invitando a la vida al aire libre.
Ya de regreso salimos en busca de carne para hacer un asado. La carne aquí es bastante o más tierna que la nuestra, pero no tan sabrosa. Conseguimos asado, vacio, chorizos y morcillas. Con eso estábamos armados para el domingo.
Luego de descargar las cosas en la casa, salimos en busca del cumpleaños de niños.
Mucha gente de varios países latinoamericanos: peruanos, chilenos y colombianos.
Pasamos buen rato escuchando opiniones sobre política en el Perú de hoy. Lo que dejaron en claro es que Alan García no era muy querido, “ladrón”,”conchudo”, “delincuente”, “mentiroso”, era alguno de los términos que lo definieron en boca peruanas.
Luego del cumple volvimos a la casa, a descansar un rato, antes de trasladarnos a la cena.
El dialogo con Rolando fue en crecimiento a lo largo del día, opinamos de todo tipo de temas, ellos también me alertaban de los peligros que venían, de lugares para ver.
Había algo que era muy gracioso, cada vez que tenían que hacer algo se disculpaban o pedían perdón. Era muy gracioso estas actitudes, en mi país la gente seguía con sus tareas y nadie pedía disculpas por abandonar una charla. Esto, sumado que a pesar de los años, el español que usaban, estaba lleno de “peruanismos”, dando una calidez especial al idioma, te llevaba a disfrutar de los diálogos que surgían.
En la noche, junto a Rolando y Rocío nos dirigimos a la cena, trasladándonos por poco tiempo hasta un lugar cercano.
La casa era de Greg y Kati, americano y australiana ella, cuando llegamos ya estaba todo el resto de la gente instalada: Juan Ramón, peruano y su esposa Beth, Lez, inglesa y el matrimonio locatario. Aquello fue como una reunión de las naciones unidas.
El básico de la charla fue en inglés, pero de tanto en tanto metía algún aviso. La cena fue muy cordial y alegre. Greg era un buen cocinero, oriundo de Boston, nos preparo algo típico: Una sopa de choclo y una especie de guisado con porotos. Ambas cosas con su buena dosis de picante…Hasta Rolando, acostumbrado al picante lo resumió con “estaba un poco picoso, hasta un poco demás diría yo”
Igualmente me baje dos platos de cada cosa y muy regado de cerveza…comí tanto que llegue a sentirme mal, estaba lleno hasta los ojos…el día había sido cansador, la cena termino con todas mis energías…Fue un momento muy bueno, ameno, las cosas siempre trascurren como en todos lados…un montón de personas tratando de arreglar el mundo, historias y recuerdos y dos pequeñas estrellas que eran dos niñas de dos años de los matrimonios anteriores, Beth estaba embarazada y esperaba junto a Juan Ramón otra niña para dentro de quince días.
Por suerte Rocío nos pudo regresar a casa, Rolando y yo habíamos tanqueado mucha cerveza…
El domingo amaneció espectacular, después de varios días nublados, el sol salió con todas sus fuerzas.
Me levante temprano a escribir mientras hacía tiempo para el asado.
Cerca de las once, comencé los preparativos, bajo la atenta mirada y concejos de Rolando sobre el carbón y su uso…como prenderlo, el uso de esa especie de barbacoa con tapa.
Rolando era metódico en como cocinaba, pero me dejo bastante libre, a pesar que me alcanzó un rollo de papel para desengrasar la carne cuando estuviera hecha…
Trate de sacar adelante lo mejor que pude aquel asado, para colmo habían invitados y dos de ellos eran argentinos, Tim y Nancy, por lo cual tenía que esmerarme, por lo menos  para lograr similitud con nuestros sabores. El tercer invitado era peruano, Jorge y los comensales jóvenes: Seba, Nicolás y Ryan. Habíamos conseguido una baguete muy parecida a la nuestra, pero light sin el sabor del pan. Arrancamos con una picada de chorizos y morcilla...pan en rodajas y empezamos a darle al vino tinto.
Cuando el asado estuvo pronto nos sentamos en la mesa y lo acompañamos con una suculenta ensalada…variedades de verde, pepino, tomates y varias cosas más. Mientras el vacio se terminaba de cocinar. La opinión de todos fue favorable, aunque después de dos copas de vino, todo estaba bien. Como colorario un flan casero que hizo Nancy…Era como estar en casa…falto solo el dulce de leche y era cartón lleno.
Yo estaba pronto para partir hacia el norte, había pasado momentos espectaculares con Rolando y Rocío y según ellos me mandaban con las bodegas bien llenitas. Esos días había comido hasta por los ojos…que historia les habría contado Iván…habían hecho todo lo posible para fortalecerme.
Nos fuimos a acostar con toda la idea de partir en la mañana.
Mis amigos cuervos estaban de concierto bastante temprano, lo que sé que cuando me despedí de Rolando, la idea era partir esa mañana.
-        Hoy hacemos una reunioncita para festejar a Ryan, me gustaría contar contigo…
Me largo esa y se fue a su trabajo, yo pase como una hora tratando de dilucidar que hacia…y al final me quede otro día…
He trabajado en el día duro para dejar este material preparado, por lo cual cuando les llegue, yo ya estaré viajando en sueños por el desierto o por playas paradisiacas del oeste Australiano.
Una de las cuatro ciudades principales de nuestro viaje estaba hecha…ahora íbamos a la siguiente meta: Darwin.
Los australianos apuestan a que no llego vivo a Darwin o no sobrevivo Queensland…yo sigo apostando a lo mío, me voy a dar vuelta Australia con una 125 cc…jajajajajaja!!!
Ernesto Urrestarasu.