Translate

Visitas

23 de abril de 2013

Capítulo IV


El viaje de los sueños
Australia:”Todo por la izquierda”
Crónicas de viaje, capítulo IV
Me dejaron solo a media mañana, pase trabajando en la preparación de las cosas que al otro día tenía que cargar, dejando todo a mano. El resto lo pase escribiendo la tercera entrega…si dejas pasar varios días, se hace extenso relatar los sucesos, por lo cual en lo sucesivo iba a tratar de hacerlo más corto y que abarcara las cosas más frescas.
De esta manera puedo contarles casi que al día los sucesos y con mejor memoria.
Una de las razones por la que me había quedado era estar presente en la cena que haría Rolando en honor de los diecisiete años de Ryan.
Rolando se puso de inmediato a cocinar, apenas llego de la oficina…un pollo saltado en salsa de champiñones con trozos de brócoli y el arroz, que estos peruanos preparan como si fueran chinos, excelente…el postre lo eligió Ryan por lo cual todo estuvo de la mejor manera. Estuvo presente Sebastián, el hijo mayor de Rocío.
La reunión fue amena y alegre, hasta con un juego de cartas.
Era la noche final en aquella casa tan cálida…muchas veces, después de tantos días en carretera, durmiendo en cualquier lado…solo y …solo…estar entre el calor de esta gente, era reconfortante. Solo lo que estamos en esta posición sabemos el valor de estos gestos de la gente. Para uno no tiene precio, tal vez para ellos “paso un día un uruguayo en moto que estaba recorriendo Australia “
De todas maneras he logrado tener a los amigos que he hecho en el camino, de alguna manera de paseo por mi país…
Espero que con estos peruanos sea lo mismo, una amistad que crece y a la cual el tiempo da revanchas.
Me fui a dormir, con la cabeza puesta en el camino de mañana…esta vez no necesite a los cuervos…me levante casi como a las cinco de la mañana junto con Rolando…me prepare el desayuno y trate de terminar con lo que estaba escribiendo.
Cuando Rolando se va a trabajar, me regala una brújula-reloj en otro gesto de este peruano “de la planta”…nos despedimos y ya no pude concentrarme más en lo que estaba, por lo cual empiezo a arrimar las cosas a la motocicleta. Era hora de partir…
Rocío y Ryan se levantan para desayunar y salir a sus tareas…nos despedimos y quede cargando la Dinga…cuando sacas todo o casi todo de la carga, se hace pesado después colocarle las cosas como estaban.
Tarde bastante tiempo en dejarla lista para salir…más de lo que esperaba…por lo cual partimos tarde.
Tenía que seguir “la Canning” según Rocío, que se juntaba con la A1 hacia el norte…todo bien la seguí por un buen rato…siempre viajo a la izquierda “supuestamente carril más lento” en un momento la Canning tenía seis carriles y se abre un cartel con tres direcciones de dos carriles cada una…la conexión con la A1 era, los dos más a la derecha y los dos a la izquierda se conectaban con la 2…fue un instante…barrer cinco carriles para llegar al lugar que tendría que estar era imposible, por lo cual me juego por la 2…hago un rato por ella, también iba al norte…y podía conectarme con la A1 mas adelante…paro en un lugar y miro el mapa…el lugar mas cercano para unirme a la uno era Maning…Nunca lo vi…
Llego al final de la freeway 2 y se abre la ruta 85 que supuestamente me lleva a conectar con la A1 norte…paso mucho rato (ya estaba jugado) en ella y ningún cartel me anunciaba por donde iba…hasta que al final di con la uno al norte!!
Ahora si estaba tranquilo, me encontraba en la carretera correcta, en la dirección debida…solo tenía que andar y cuidarme.
Cuidarme de los Road Train…o sea los camiones trenes…
“Esos van como locos, vas a ver que te chupan…Tené cuidado…mira que son lo más peligroso…te sacuden para todos lados…”palabras de Celso, cuando comencé el viaje.
Y realmente estos camiones pasan como pedo, llegan a tener treinta y seis metros de largo…cuando pasan en la noche parecen un arbolito de navidad, con tantas luces.
No me hace tanto daño el que me adelanta…pero el que se cruza me sacude como vara de mimbre…
A los que me adelantan les hago un juego, me tiro hacia la derecha del carril obligándolos a pasar al otro para adelantarme, cuando se me vienen, me paso bien a la izquierda y la succión solo la siento cuando estoy detrás…puedo largar el acelerador por unos metros, que la moto sigue a la misma velocidad.
El otro peligro son los canguros, en todos los lugares…aquí en la planicie pueden correr a la par tuya (desarrollan velocidades de cerca los sesenta Kmts por hora) y cruzarse por delante…
Generalmente están mirando hacia ti y como todo animal cuando se asusta tiende a saltar hacia adelante o sea a la carretera.
Hay muchísimos muertos en la road, por decenas, por lo general de tamaños pequeños.
Todos los vehículos tienen buenas defensas contra el canguro, por lo cual el animalillo lleva la peor suerte, no sucede lo mismo con la Dinga, las consecuencias de un accidente contra un canguro, seria funesto para ambos.
He tenido dos enfrentamientos con ellos, en uno lo vi de lejos y espere a ver que hacía, el me vio, dio media vuelta y se perdió en el bosque. La segunda vez fue en una curva y tan sorpresiva que pase y nos miramos ambos sin saber que hacer…cuando reaccione estaba varios metros detrás.
Así que estamos empatados por ahora, cero a cero y espero seguir empatado hasta el final del partido.
Igualmente aquí todo los animales le temen a los vehículos, cuando los ven salen despavoridos…es por eso que no he podido tener algún encuentro con ellos, salen disparados!
Volviendo al camino, tengo muchas cosas en cual estar atento, pero sin dramas, donde conseguir agua (consumo mucha, casi dos litros al día), que muchas veces no es bebible)…gasolina barata, he aprendido que las que están a la entrada de los pueblos suele ser más barata que dentro de ellos…el precio oscila entre 1,49 dólares australianos y hasta 1,99 en algunos lugares del desierto.
En esta etapa han aparecido las Roadhouse, que son gasolineras con nombre de pueblo, donde el precio está más o menos a 1,67…son lugares perdidos en el desierto donde ha crecido una infraestructura que te ofrece todo lo necesario para el viajero, desde supermercado, desayunos, comidas, baños y algunos hasta hotelería y duchas para los camioneros.
Undeleve…esta palabra me costó aprender el significado:”sin plomo”…lo más común es que sean 91 y 98…la 95 en grandes ciudades. Por ahora la Dinga se conforma con 91, en la gama de esos precios.
Después que agarre la uno, meta pata… trataba de llegar a Geraldton, para eso pase por lugares sin mucho atractivo y sin detenerme: Mucher, Gingin, Badgingarra, Eneabba, hasta que por lo tarde me metí en Pt Deninson…las nubes me persiguieron todo el día y me alcanzaron al caer la noche.
Toda la noche estuvo lloviendo, estábamos bien cubiertos con el toldo, por lo cual la Dinga y la carpa permanecieron secas.
El mal tiempo no quería dejarnos, aun después de haber entrado algunos kilómetros en el desierto, ya la vegetación empezaba a ser más pequeña.
Pt Deninson me atrajo por sus médanos de arenas blancas, puras, parecían azúcar…estos médanos estaban unos kilómetros antes del poblado, había que entrar de la ruta como veinte kilómetros…ya en el pueblo las arenas dejaron de ser tan blancas, como todo lugar que toca el hombre.
Aunque aquí en Australia se cuida mucho la vegetación, los lugares, los animales, mucho más que al hombre.
Se queman grandes extensiones por año, y las reponen plantando las mismas especies que existían…eso es meritorio, nunca pierden ni los grandes bosques, ni la vegetación desértica.
En esto tienen algo que ver los aborígenes, pues si no están de acuerdo con algún tipo de explotación o de medida, que implique a la naturaleza, no se hace.
A los que no les importo la lluvia de la noche fue a los conejos que igualmente retozaban alrededor del campamento.
La mañana llego nublada pero sin lluvia junte todo y deje todo dispuesto para partir, menos el toldo…mientras hacia el desayuno empezaron a caer gotas. Esperaba que fuera pasajero, mientras visualizaba, con la taza en mano, adonde se dirigía la tormenta. No quería hacer kilómetros bajo lluvia, por lo cual remoloneo un poco antes de decidir salir a la carretera, cuando lo hice eran las diez de la mañana.
Había algo que me estaba poniendo nervioso, no había conseguido aceite Motul para la moto, estaba para el cambio, pero llegando a Geraldton, tenía que hacerlo o hacerlo.
Puse proa a Dongara y pasando Greenough llegue a Geraldton sin problemas, la mañana se había comportado y cercano al mediodía estaba en la ciudad. En la gasolinera me dieron un dato de donde conseguir el aceite…pero resulto nulo…di muchas vueltas buscando algo que arreglara motos, sin resultado.
Por fin en una casa de repuesto me hacen un mapa de donde lo podría encontrar…el tema es que generalmente trasladan fuera de la ciudad a todos los servicios…este era el caso en Geraldton. Para encontrar un taller tenías que salir unos kilómetros de la city.
Esta bueno este sistema, en la ciudad no hay nada, pero allí están todos, talleristas, pintores, vidrieros, los que fabrican algo, constructoras, etc…todo en un pequeño barrio.
Después de varias vueltas, di con un local de motocicletas multimarcas, pero el aceite no. Por lo cual tengo que decidir por otro, como me dejan cambiarlo allí sin problemas, ya aprovecho para tensar la cadena. La kimco viene con una llave doble, un destornillador y un saca bujías…no dudo que se pueden hacer muchos ajustes con esos tres elementos, pero aflojar la tuerca de la rueda trasera y el tapón del aceite, ninguno de esas herramientas lo hace. Daniel me había dado una especie de llave que se adaptaba al tamaño de las tuercas y eso me salvo la vida en estos casos.
Es muy similar a una llave de caños, cuando aprietas se ajusta a la tuerca. Sin esta llave no podía hacer los cambios de aceite.
Cambie el aceite, tense cadena, la aceite en tiempo record…en media hora estaba rodando rumbo a Northampton, sigo prendido fuego…Binnu y cansado llego a Terren Nerren en la reserva natural de Toolonga…allí arme campamento en pleno Outback…
Apenas me detuve, las moscas me atosigaron, habían estado tranquilas por kilómetros, pero aquí eran insoportables realmente.
El atardecer con un sol rojo mayúsculo fue de los mejores. Aquí el color del sol hace juego con la tierra…rojo profundo, tipo ladrillo.
Por suerte las moscas, apenas se va la luz desaparecen, es el momento de hacerte el café y otros la cena, en total tranquilidad…sin estar luchando contra ellas.
Me desperté con el amanecer y me puse en actividad, muy temprano estábamos rodando con la Dinga, pasamos Billabong hasta llegar a Overlander. Allí el camino se dividía para llegar a Shark Bay, tenía que meterme ciento cincuenta kilómetros, para llegar a Monkey Mia…Esta es una bahía donde se mete dentro de ella, una especie de península de unos ochenta kilómetros de largo.
Un lugar paradisiaco, la primera parada fue en la playa Shell, totalmente blanca y de aguas transparentes.
No había arena, el suelo estaba formado por conchillas molidas que daban el tono de blanco puro, en una enorme extensión. En uno de los costados de la playa hay como una planta donde se muele la conchilla, manteniendo inalterable el lugar.
Cerca del mediodía pase por Denham el pueblo del lado oeste de la península, al mediodía había entrado en la reserva de Monkey Mia.
Arme el campamento, me cambie y fui en busca del agua…que placer!! Nadaba con tortugas, faltaban los delfines, pues estaba un poco ventoso y el mar picado. Para que estos arrimen se necesita aguas calmas, ellos van encerrando su comida contra la costa, por lo cual en momentos están nadando entre la gente. Hay una especie parecida al pejerrey que forma enormes bancos, de varios kilómetros a lo largo de la costa, el Delfín viene a  alimentarse de ellos.
Si no aparecieron los delfines, vinieron las gaviotas…la cosa fue que eran como las 14:45 y nada de almuerzo, por lo cual me mando una piza…una pizza con ananá, se veía deliciosa…
Cuando abrí la caja ya tenía dos incitados en la mesa, una pareja de gaviotas…mientras comía empezaron a caer el resto y a rodearme…por suerte las dos primeras que llegaron defendían la mesa a capa y espada…por lo cual de tanto en tanto les daba su recompensa…fue una larga batalla, yo tratando de comer mi pizza, la pareja defendiéndose como contra veinte gaviotas mas, cuidando el territorio que habían alcanzado primero. El hecho era que cuando les daba su recompensa las otras enloquecían y arreciaban sus ataques…pero aguantamos hasta el final de la pizza estoicamente.
Igualmente disfrutar de una pizza fue lo más…cada vez que me mando un plato, lo disfruto como si fuera el ultimo…es que no se cuanto resistirá el bolsillo y empezaremos con economías de guerra…estamos cercanos al límite…pronto solo va a quedar para el tanqueo…y ahí sí que voy a tener que usar los recursos extremos…
Los animales de aquí se pasean tranquilamente por delante mío, sin saber que tan cerca están de ser mi comida…jajajajaja!
Ayer vi unos patos, y se me ocurrió hacer el sistema de Mingo, tirarles un maíz con una perforación por donde pasa un hilo…esperas que se lo coma…y a la bolsa!
Para colorario, andan siete avestruces por el campamento…no les cuento lo que fue tomar el café con leche en la tardecita…estos bichos no le temen a nada y pueden arrimar su pico y sacarte la comida de la boca…son muy atrevidos y su pico es bastante grande como para no cuidarse, por lo cual termine mi café escondido en una especie de galpón, lejos de ellas.
En este lugar fue donde vi por primera vez camellos…salía buscarlos, pero se me perdieron rápidamente entre las callecitas de Monkey Mia…me dormí y ya no pude alcanzarlos.
En la noche aproveche el tiempo para recargar baterías, escribir un rato…fue uno de los pocos momentos que tuve conexión…el teléfono falla en algunos lados y en otros el wify…por lo cual me resulta complicado a veces subir mis cosas...
Me desperté muy temprano, pero hacer el desayuno y levantar el campamento entre los avestruces, me llevo mi buen tiempo.
Ellas no tenían problemas, picoteaban las bolsas, las carpa…te pasaban por arriba de las cosas…las corría de un lado y se me venían por otro…al final, pude levantar todo y salir con rumbo a Overlander…
Tena de repetir el camino del día anterior…por lo cual tomo una decisión bastante jugada, probar el rendimiento del tanque.
El retorno fue bastante jugado…en el tramo a Overlander, había hecho como 90 Kmts y  metía para llegar a Monkey Mia unos 156 Kmts mas…ahora tenía que repetirlos y llegar a Overlander para tanquear, pero si no hacia esta prueba, nunca iba a saber realmente cuanto rendía mi tanque…fue una lotería, pero llegamos a Overlander sin problemas y con suficiente resto como para 50 Kmts mas.
La distancia que podía recorrer sin tanqueo era de 440 Kmts…una buena distancia, para el caso de necesitarla.
Cuando abandone Overlander, el sol empezó a calentar duramente…no le di mucha importancia a esto, pero fue el comienzo de días de altas temperaturas. Sin darme cuenta se venían las etapas más duras del viaje hasta ahora.
A pesar de la alta temperatura intente llegar a Carnavon, pasando por Wooramel Roadhouse pero abandonamos a 90 kilómetros de este, nos tiramos a acampar…estaba cansado y no daba para matarse.
A las ocho de la mañana estaba en carretera, el sol ya picaba…a las diez ya estaba en Carnavon, una vuelta por la ciudad y de vuelta a ruta…la sensación térmica en carretera era de 45 o 48 grados…fue un día durísimo…hacíamos media hora y parábamos también media hora…el agua nos quedo corta…un litro no dio para nada…después de pasar Carnavon pensaba avanzar lo más que pudiera para poner a Karratha a tiro para el otro día. Andaba y parecía que no avanzábamos nada, mantenía la misma velocidad, pero nos calentábamos demasiado…hacia treinta kilómetros y el motor de la Dinga parecía prendido fuego…en ningún momento echó para atrás…se mantuvo firme siempre que le pedí…pero la calor nos estaba dando una paliza…
Cuando llegue a Miniya Roadhouse, no me aguante mas…pedí una cabina. Las cabinas son una especie de containers, mucho más livianos que tienen cuatro habitaciones sin baño, el baño es compartido. Pero tienen aire acondicionado y electricidad…algunos con heladera y televisión, pero estos son caros. Generalmente hay cabinas viejas, con aire, pero sin heladera ni televisión que te salen la tercera parte que las que están bien…pero para dormir una noche en un colchón confortable y un poco fresco es una buena opción.
Metí a la Dinga debajo del techo que sobresalía y quedo a cubierto de todo, en esa noche.
Aprovecho para escribir y recargar baterías, me empieza a dar problemas la conexión de wify…como que tengo señal, pero no accedo a internet…eso es un problema que aquí es imposible de solucionar, como explico lo que me pasa?... Y a quien?...vería si más adelante esto continuaba…tendría que preguntarle a Daniel mi maestro en estas tierras a ver qué podía hacer…también debería esperar el momento, pues si no llegaba a un pueblo, el puto teléfono no tenia señal.
A las cinco estaba en pie, pensaba hacer unos cuantos kilómetros antes de comenzar a sufrir el calor…pero entre una cosa y otra me entretuve bastante, cuando arranque el sol estaba saliendo.
A la Dingo le costó arrancar, el día anterior había sufrido demasiado calor y se ve que en algo lo había sentido.
Llegara Karratha fue imposible, el calor era insoportable, pasamos Nanutarra sufriendo como locos, hachamos gasolina y continuamos, dando batalla dura…si esto seguía en creciendo, tenía dudas de cuanto podía aguantar el motor.
A noventa kilómetros de Karratha, le pongo fin al sufrimiento y me meto en Fortescue Roadhouse en busca de acampar.
-        Ten dolars!
-        Is okei…
Y armamos campamento donde nos pareció apropiado…los baños estaban hechos un desastre…por lo cual optamos por quedarme como estaba.
Lo bueno era que tenían una taberna que habría a las cinco, por lo cual me baje dos Carton Draugh y me fui a dormir…dormir fue un decir…cualquiera entraba al predio e iba en busca de los baños, no solo entraban con sus vehículos, sino que además los dejaban prendidos y se ponían a conversar.
Las voces y los ruidos retumbaban en la carpa como si estuvieran dentro de ella, fue imposible conciliar un sueño profundo.
Esa noche aprendí que si quiero dormir lo tengo que hacer lo más lejos de la gente posible, y tampoco te garantiza nada.
El calor, que era tanto como el del día, sudaba a mares y la luna, pequeña aun, pero en el desierto alumbra como si fuera un foco…hasta las estrellas creo que dan luz, todo se confabuló para que mi jornada empezara a las cuatro treinta…
Sin desayuno, salí como una tromba…por momentos calor y por momentos frio…pero devoramos los kilómetros que faltaban a Karratha…a las siete había hecho ciento once kilómetros hasta un supermercado dentro de la ciudad. No pude conseguir leche en polvo, pero me traje algo parecido con mate…recargue la crema de maní, el café…intente comunicarme por wify y nada…por teléfono tuve charlando con Daniel y hablamos de que iba a comunicarse con la kimco a ver si les sacaba un service en Darwin…Me comento que seguía en gripado y que el invierno estaba instalado en Sidney.
Tarado fui que no le comente nada del wify y quien sabe cuando tendría de vuelta otra comunicación con él.
Daniel tiene la cualidad de que todo lo que me cuesta hacer, el te lo soluciona en dos patadas.
Pero bueno, solo restaba seguir adelante…y me dirigí a Port Hendland…de vuelta al suplicio del calor en carretera…otra jornada durísima…como a las catorce y treinta estaba entrando en la ciudad…
Antes de llegar había visto una mina de cielo abierto enorme, la carretera pasaba por encima del camino de las maquinas cargadas de hierro, eran realmente gigantes de carga…en una vía anchísima…
Pero no fue lo único grande que vi, al entrar paso por encima de un tren que abarcaba mucho más que mi radio visual, ocupando todo el horizonte y más todavía. Nunca en mi vida vi algo tan extenso, me rodeaba casi por completo. Creo que hice doce kilómetros para entrar en la ciudad y seguía viendo vagones y maquinas.
A la entrada una enorme montaña de sal, también gigantesca. Al costado de la carretera tres enormes piletas de sal y varias maquinas trabajando a full, para darle de comer al monstruo que estaba formando su tercera montaña.
Entre a la ciudad y me detuve en una gasolinera…el rato que estuve allí, enfriando la Dinga fue un desfile de mujeres hermosas…venían a echar gasolina hasta con vestidos de noche…mientras yo estaba como un gato, mirando la fiambrera…imponente desfile!
Un australiano se pone a charlar diciéndome que el tenia una Yamaha y lo que estaba haciendo estaba muy bueno
-        Acomodation chip ?- pregunto haciendo un gesto en redondo
-        No chip…me explica…very espence – y reitera mi gesto en redondo.
Trata de explicarme que en el South Hendland puedo acomodarme barato.
Basado en sus explicaciones, vuelvo sobre mis pasos, buscando el sur de la ciudad…pero antes se me abre la bifurcación de la uno, por lo cual decido seguir adelante.
La uno estaba bastante pesada, unos kilómetros antes se une con la noventa y cinco, que viene desde el centro. Desde allí en adelante aparecieron los peligrosos road train, con sus cuatro zorras…no sé cuantos me pasaron esa tarde, pero eran unos cuantos…si el transito hasta Darwin iba a ser así de complicado, sumado al calor, nos esperaban días difíciles…muy difíciles.
Había hasta la Roadhouse de Pardo ciento treinta kilómetros, que decido hacer, para arrimar un poco más a Broome.
El día fue de un calor intenso, seguía con la sensación de cuarenta y cinco…y un poco más, era imbancable.
Creo que si el infierno tiene una puerta, debe de estar cerca de estos lugares…no creo que en ningún otro lugar tenga otra.
Aquí hay varios lugares abandonados, si se fueron ya tengo la razón, no aguantaron este calor.
A pardo no llegue esa tarde, paso un rio de grandes arboledas y me vuelco a la derecha, no tenia que pensar mucho…veo algunas casa rodantes y me alejo de ellas, buscando un poco de tranquilidad.
Armo la carpa y no le pongo el sobre techo para combatir un poco el calor, todo bien, me hago mi café y hasta intento pescar algo en el rio. Muy disfrutable todo, un veterano de una casa rodante se acerca buscando un poco de charla y me cuenta que había pasado en febrero y el agua estaba por la copa de los arboles, además se veía en ellos las marca que deja la creciente.
Cuando cae la noche rendido me acuesto, los mosquitos empiezan a rodear la carpa…mis oídos escuchaban ese concierto de zumbidos, que por momentos crees que están adentro. También se agrega otro ingrediente, hay una especie de chicharra, que hace el sonido similar a un tubo con semillas…con este concierto constante mas una camioneta que entro como tres veces y que cada vez que ponía la marcha atrás empezaba a hacer un pitido insoportable en la noche, dos o tres vehículos que entraron a dormir, el mugido de una vaca perdida en la orilla del rio, y la luz de la luna, que alumbraba como si fuera de día, hicieron un combo, para que el sueño continuo, fuera imposible.
Desde que llegue a Australia no he podido dormir ni una noche de continuo…me resulta imposible. Lo peor es que me van cansando de a poco y mis energías cada día disminuyen más. Esta tierra intenta ganarme a la larga, pero aun confío en mi resistencia.
En la mañana me despierto y desciendo la loma para orinar a orillas del rio, cuando subo una manada de vacas, tipo Cebu (por la joroba) viene a tropel por el bajío. Se atropellan y algunas suben la loma… me tengo que enfrentar a ellas para desviarlas de la carpa, si la agarran no me dejan nada. Pero pude desviarlas a tiempo, estos bichos son grandes y en manada, no les importa nada. No sé que las puede haber asustado o cual era su prisa. Pero para comienzo de la mañana fue un momento que te deja tranquilito para todo el día….jajajajaja.
Empezar a correr tarde, con esta calor es jodido…pasamos Pardo Roadhouse bien pero ya calentando bastante…el tramo hacia Broome se hizo insoportable…
En Pardo me comenta que la temperatura en Port  Hedland del día anterior fue
-        Forti guan!
Mientras me manyaba una panceta con huevos y tostadas.
No estaba tan errado al sentir que iba como en 45º…pero ahora lo sentía más duro…no sé si fue el cansancio, pero no daba más, los brazos en dos días me quedaron negros, tan es así que hasta los aborígenes me hablan como si fuera uno de ellos!
Llegue a Sandfire Roadhouse y me caí del todo…pregunte por una cabina y me metí dentro a las catorce horas…con aire acondicionado, dormí hasta las cinco y media.
Esa noche mire en el informativo que las temperaturas de las ciudades siguientes, estaban en el rango de 37º, y una que especialmente me preocupaba era la de Alice Spring,  pues era en el centro del territorio y si estaba alta, estaba realmente en problemas.
Pero no daban una alta de 27 º, por lo cual me dejo contento, que saliendo de Darwin la temperatura empezaba a bajar.
El descansar en Sandfire me repuso las energías, cuando desperté de la siesta me pegue un baño y me tome una Carton Draugh bien helada.
La gasolinera era un parque de arboles de mango, lleno de pavos reales y un camello viejo…por lo cual salieron algunas fotografías.
Ese fue un punto de quiebre, generó que cambiara la estrategia para el desierto y me pusiera las pilas con todo.
La Dinga había perdido una gota de aceite…por lo cual había parado a tiempo, y el daño no fue tan grave.
En la mañana después de su descanso, prendió de primera, el descanso le vino bien también a ella. Esa gota de aceite me preocupo, pero ahora estábamos bien.
Fue un día intenso, tenía que cubrir trescientas treinta kilómetros hasta Broome.
Comenzamos a las cuatro treinta con el desayuno y partimos raudos. Antes de las seis ya  me cruce con dos canguros, pero las perlas estaban más adelante…como a las siete veo un brillo en el medio de la carretera, aflojo y veo avanzar hacia mi lado una tremenda víbora dorada…tenía más de un metro…pasarle por delante nada, me tiro hacia la derecha y la adelanto por el otro carril… Fue tal la sorpresa o susto que la bicha se perdió en el pasto tranquilamente…yo termine reaccionado y parando como a veinte metros…no daba para hacer nada…cuando pase a su costado su imagen me quedo gravada, no deseaba tener un enfrentamiento con ella…nunca!
Después de las once teníamos doscientos cuarenta kilómetros en el bolsillo, pero el calor arrecio y cada veinte kilómetros, paraba media hora…era un fuego la carretera…me mojaba todo y a los veinte kilómetros, estaba seco, como si nada.
Cada veinte kilómetros, elegía cualquier árbol que nos diera sombra y me mandaba de una, quedando debajo de su sombra.
 En una de las paradas, me meto al monte a orinar, apenas me interno me enredo la cabeza con algo, retrocedo y el hilo no se rompía, me aplico y veo que no es un hilo, es una telaraña.
Una telaraña dorada y muy fuerte, miro hacia arriba y una araña gris como de cinco centímetros me miraba…enorme era la araña y que fuerte resulto su tela…podía cazar un pájaro si quisiera.
Dije que era enorme, después de un par de fotografías la pase a otra vida, que me perdone si reencarno alguien allí, pero era bastante peligrosa dejarla viva.
 Como a las quince horas llego a Broome sin novedad, una ciudad tropical totalmente, con palmeras y mucho verde, el mar esmeralda…pero a kilómetros de distancia. Solo se apreciaba el barro de la bajante y a lo lejos el mar verde, azulado.
Por lo cual me quede sin baño, y volví a la carretera en busca de Derby…ahora estoy acampando y tomando una cerveza en una gasolinera.
Mañana encarare Derby y me meteré tierra adentro, buscando Halls Creek y Fitzroy
Nos meteremos tierra adentro en Kimberley, una de las zonas más bonitas del norte.
Ernesto Urrestarasu