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20 de febrero de 2015

El viaje de los Sueños por Asia IV
“De Ho Chi Min a Laos”

Que cuando programé este viaje, sabía que tendría la suficiente aventura que venía a buscar.

También que las fronteras iban a ser difíciles, eso también lo sabía.

Pero lo que no estaba dentro de los cálculos era que me expulsaran de Vietnam.

Cuando llegue a la frontera, no hubo problema con la visa…llene los formularios y estaba pronto para ingresar…

El problema surgió cuando vieron la matrícula de la moto y que era tailandesa…eso me paró en seco…

Mientras me mantenía en un rotundo “no spek inglish”…ellos me demostraban y discutían que era imposible que entrara a Vietnam…

Me mostraban documentos en los cuales tenían acuerdo para pasar solo matriculas de Laos y Camboya…pero no Tailandia…
La discusión duro casi una hora…yo seguía hablando español
“Puedo pasar?”…solo voy al norte!...voy por la costa…
Al final se fueron de las oficinas y se sentaron fuera…seguían negando “no….no… no Vietnam….you no Vietnam…go…go…
Y señalaban rumbo a Camboya…

Discutían entre ellos acaloradamente…otros venían a ver qué pasaba…los Customs seguían discutiendo entre ellos…

Los miraba como un carnero degollado, pidiendo perdón y haciéndome el que no entendía nada…
“Porque?...porque no puedo pasar…si tengo los papeles en regla”
Y esgrimía el titulo, lo tomaban…lo miraban de todos lados…pero, “no, Vietnam”…me decían…

De pronto entre los que discutían, uno hace un ademan, con la mano…”go”…me dice

No necesitó decirlo dos veces, me subí a la moto y arranque rumbo a la segunda barrera, no sé que le gritan, pero el oficial no pone impedimento para pasar por el costado…y sigo…sigo…sigo…
Jajajajajajaaja, cien kilómetros más adelante no podía contener la algarabía…había entrado en Vietnam a puro huevo…

Pero cuando pasé Mio Tho… la alegría se terminó…un retén policial estaba registrando los vehículos…un policía me señala que pase…y apenas lo hago sale corriendo y gritando detrás mío…cuatro más me salen al paso y me detengo…
Además nañmaangñam y el chapungggggkaa gritado y rápido, arma un revuelo bárbaro…

Me saco el casco…”soy de Uruguay…no espik inglish…hablo español…”
“ Que sucede, cual es el problema?

Y se ponen a mirar la moto y discuten entre ellos…

Al final se acerca el más veterano y con galones dorados me empieza a gritar en la cara con terrible calentura…me dijo de todo, menos que era lindo….jajajajajaajaja…pero entre esas palabras  dijo Customs…

Entonces tuve que sacar lo poco de inglés que sabia…”aim no look Customs…aim spik hispanish…aim gruait hispanish…aim no look Customs in spanish…”

“Llévame al Customs…no problema…go to Customs…no problema”

"Go to Custom"…pero para eso debimos esperar media hora, llegó un camión del ejército, lleno de uniformes verdes…otro revuelo…más tarde llegaron dos policías en motocicleta…por lo que pude entender tenía que seguirlos  y el camión me seguía a mi…lo lindo es que las motos policiales eran 125 cc, por lo cual fueron ciento ochenta kilómetros muy largos hasta que me depositaron, cruzando las dos barreras con las autoridades de Camboya.

Migraciones de Camboya se cagaba de la risa, ellos no me habían marcado la salida en las dos veces que había intentado cruzar, sabiendo que no me dejarían entrar….”jajajajajajaja chumorro…chumorro…y les señalaba Vietnam…

Al final, estaba cansado, muerto de hambre y en el mismo punto de tres días atrás…me alimenté, sacie mi sed y puse proa a Phnom Penh nuevamente…tendría que subir a Laos y debía gestionar la visa allí…esa noche el Hotel Rachana me dio la paz necesaria, para tan agitado día…aunque no estaba muy contento, pues me tocó con un palestino…jajajajajajaja…falta que le dé por inmolarse ahora y volemos todos!!

Pasé dos noches en Phnom Penh mientras se preparaba la visa en mi pasaporte…me había hecho amigo en mi primera estadía en el Sudance de dos chicas vecinas que trabajaban en la agencia de tours abajo, y confié mi pasaporte a ellas para que estamparan la visa.

Al otro día me dirigí a un taller de big motos y encontré para cambiar la cadena, plato y piñón originales, además arreglaron el starte de arranque, cambiaron los rulemanes traseros y acondicionaron el cable de embrague. Quedo todo impecable en una hora y por la suma de ochenta dólares tenía toda la transmiccion nueva y más fuerte.

El viernes en la tarde, cercano a las seis, tenía mi pasaporte y estaba pronto a seguir al norte…cargadas todas las baterías y diseñe la estrategia de ruta a seguir…me compré un mapa, me resultaba más sencillo, pues los lugares estaban con el nombre original…ahora sabía a ciencia cierta adónde iba y que decían las señales de carretera.

Aun no me adaptado a las horas de sueño…me duermo una siesta hasta las 21:00, después paso dos o tres horas despierto, me vuelvo a dormir y me despierto a las 5:30 de la mañana con el amanecer…tengo días muy largos…trato de estar saliendo ya desayunado antes de las 7:00, pues las ciudades se empiezan a mover y el tránsito es un poco menor…mucha gente que retorna pero pocos que salen…después de las nueve de la mañana todo se vuelve caótico y normal.

He aprendido a navegar por la ruta, metiendo pata cuando ellos desayunan y almuerzan…en esos momentos hay un poco de paz en el transito y lo aprovecho para avanzar…muchas veces a las tres de la tarde cuando quiero comer, son pocos los lugares que tienen, pues los Camboyanos y vecinos suelen almorzar entre la una y las dos de la tarde, por lo cual después se baja la cortina.

En la noche estudie el mapa, (es otra cosa ver el todo y no segmentado) y me planeé la ruta siguiendo el río Mekong por su orilla a partir de Katrie, donde repostaría la primera noche.

Desde allí seguiría el río hasta Stung Treng, espero que la ruta sea buena, de lo contrario van a ser un arduo trabajo hacia la frontera.

El sábado de mañana estábamos en camino, primero pasé por Kompong Cham y visitamos Wat Nokor, un templo moderno sobre uno antiguo.

Cruce el río y pusimos rumbo a Katrie, pasando por muchos pueblitos de madera, del estilo colonial…aun los nuevos mantenían ese estilo de la época de la colonia francesa.

En la ciudad me metí en el primer Guest house que encontré, mientras llenaba el libro vi que habían dos españoles…esa noche nos reunimos a charlar durante mucho tiempo, regado con mojitos y cerveza pasamos largo rato de historias, de lugares, de alcohol.

Esa noche descubrimos que por más que tomaras mojitos o cerveza, nunca terminabas borracho, por lo cual el alcohol que contenían era muy poco, apenas para que las risas salieran a flote, pero nadie perdía la brújula.

Pasamos un gran momento con Pablo y Lidia, junto a otras dos chicas, una de Alemania, otra inglesa y completaba el grupo un francés…Todos viajando en solitario, o en el caso de las mujeres de a rato con otra, como manera de irse protegiendo una a la otra.

Lo lindo fue que pude hablar por un buen rato en español…pese a que Lidia se hablaba todo y en varios idiomas…Era cojonuda, venía a hacer un voluntariado en una guardería de un centro de personas afectados por las minas personales.

No era la primera vez que estaba en Camboya y conocía bastante de los lugares por los que pasaría.

Tener datos en español de los lugares, estaba de mas…que había delfines un poco más arriba de donde estábamos…de que había un lugar después de la frontera con Laos, que se llamaba cuatro mil islas…que los elefantes estaban es Sanborombon…que Vientame no era lo que esperaba, y que lo mejor de Laos estaba al norte…que en Thasketh había cavernas…fueron datos que surgieron en la charla…

Sé que esa noche chupamos como unos descocidos, pero nadie termino en pedo…si todos a las risas.

Apenas amaneció preparé todo y salí sin desayunar…estacione junto a una especie de Rambla y preparé mi desayuno con la vista del río…fue un desayuno distinto.

Continúe bordeando el río hasta que se me termino la especie de asfalto…no vi delfines…continué la parte de ripio…y no vi delfines.

Al fin se termino la carretera de ripio y desemboqué en un lugar donde solo quedaba dar marcha atrás, no solo se había terminado la carretera…sino que se habían llevado el puente.

Cuando pegaba la vuelta, un hombre me hace señas…como dando la vuelta por la casa…arranco hacia el…la choza tenía una barrera de caña…claro para pasar por allí, había que pagar peaje…mil rial fue el costo de un agua embotellada y tenia acceso al camino que me llevaba al otro lado.

Primero me fui a verlo, si era posible pasar, el cañadón que había visto era demasiado profundo para pasarlo en la moto, pero veremos si se puede…examine todo y volví convencido de pasarlo.

Mientras volvía, recordaba la charlas con Willi sobre su harley amarilla…”con la suspensión que tiene podes hacer enduro, meterla en cualquier camino”… me decía.

La “burra negra” tenía ese tipo de estilo y suspensión, por lo cual la suerte estaba echada…retroceder nunca, rendirse jamás!

Y salimos a enfrentar el cañadón o hondonada o como puta se llame…ese día pasamos por cinco lugares similares, las baterías de la gopro se agotaron de videos…hasta que llegue a una horqueta donde el camino se dividía, elegí la derecha, buscando el asfalto…tenía más de tres horas por aquellos caminos de cabras, pero nos quedaban tres horas más entre cañaverales de azúcar hasta llegar a la carretera, que para colmo, estaba en reparación.

Salí a cien kilómetros de Stung Treng…por suerte fueron veinte de arreglos y camino polvoriento…

Había metido como nueve horas de trabajo duro, cansado como un perro…pero para esto me había preparado un año, había andado en todo tipo de terreno, y estaba orgulloso de cómo había timoneado ese día, incluso en la arena…contento con la maquina por su respuesta…ya éramos uno…una prueba de fuego, ambos sabíamos al final del día, que no teníamos limites.

Caí en la cama podrido, sin bañarme…me desperté como a las doce de la noche, con un hambre como peón de circo…fue difícil encontrar un lugar que tuviera algo, terminé con un ensopado de pollo picante e insípido, pero suficiente para engañar al estomago.

La mañana pintaba para ser espectacular, debía de cruzar a Laos…cincuenta kilómetros me separaban de la frontera…sabia que en el futuro no tendría caminos peores que el día anterior…iguales tal vez, pero no peores…por lo cual todo era positivo.

Primer escollo en la frontera, no había declaración de Customs de Camboya en la entrada…por lo cual el “hablo español”…”y no Customs en la frontera”…”uniforme azul no había, solo marrón” y señalaba sus uniformes y la madera para que supieran el color…

El Customs me dice “policía”…”marrón policía”
“Oh!! Sorry no look Customs…no Customs in Cambodia-Tailandia…”

Al final se arregló todo, diez dólares americanos y listo, tenía la declaración de la salida de la moto de Camboya…Luego los tramites de entrada a Laos…como explicar que la moto era tailandesa y yo uruguayo, fue un parto, hasta que vino alguien que hablaba Tai…leyó los papeles…”no problema” dijo y se puso a trabajar en la computadora…al final pague también cinco dólares y salí con la declaración de entrada a Laos…

Existe un acuerdo entre Tailandia, Laos y Camboya sobre vehículos tailandeses.
Existe otro acuerdo entre Laos, Camboya y Vietnam entre vehículos de sus respectivos países.
Pero si tienes una moto con matricula de Vietnam, puedes pasar a laos, sin problemas, pero no puedes pasarla de Laos a Camboya…
Si tienes placas de Camboya, puedes pasar a Vietnam, pero no puedes pasar a Laos…

Como ven la nomenclatura es complicada por estas zonas, mas con los idiomas que se hablan…la parte de pasaporte y visas no tienen ningún problema. Los problemas comienzan cuando tienes un vehículo.

Pero todo bien, ahora solo tengo que estar antes del ocho de marzo en territorio Tailandés, de lo contrario, problemas.

Después de la frontera puse proa a cuatro mil islas, llegando casi al mediodía…llegue hasta la playa y anduve preguntando sobre cruzar la moto al otro lado…aquí todo lo contario a Camboya, allá si no entendían algo, sonreían y decían si… si… si!…en Laos sonríen y te dicen no…no…no!
Después de dar unas vueltas veo una especie de balsa montada en dos pangas que salía con una moto…le grito:

Heyyyyyyy! My Motorcycle…go to islands!!

A lo cual me hace señas el barquero que viniera y veo que empieza a dar la vuelta, por lo cual salgo corriendo a buscar la moto…
Me monto a ella y voy al amarradero donde estaba aquella embarcación…me hace una seña  y me lanzo hasta dejar la moto encima de la…embarcación dije?....jajajajajajajaja

Siete dólares y estaba camino a una de las islas…cual? Ni idea, mañana tal vez sepa su nombre, mientras me preparo para la aventura que viene, recorriendo el Mekong sobre unas tablas flotantes con motor, que llevaban la “burra negra” e íbamos locos de la vida…

Creo que hasta aquí fueron suficientes historias.
En la próxima, les cuento la estadía en las islas y el resto del camino en Laos.
Que la fuerza de mil templos, este con ustedes.

Ernesto Urrestarasu.

(Tengan que no hablo ni escribo en inglés, por lo cual lo que escribo de lo que digo en ingles es solo como suena y lo digo…no se pongan exquisitos que también lo escriba bien!)