“El camino en Malasia”
Sadao es una ciudad de Tailandia fronteriza, algo así como el Chuy…con gente que corre durante el día, con muchas caras tenebrosas y un abandono grande en los edificios, viejos, sin mantenimiento…no es una ciudad que te levante el ánimo, ni para caminar a solas por la noche…llena de puestos de comida callejeros…
Cuando sonó el despertador a la seis de la mañana, ordené las pocas cosas que quedaban guardar (computadora, cámara y otros), luego bajé las roídas escaleras del mugroso hotel. El hotel tenía dos partes el frente con un hall grandísimo y limpio, con habitaciones en la parte del frente del edifico de tres pisos y otro edificio con la habitaciones baratas, a las que accedíamos por el costado, subiendo una larga escalera, hasta llegar a unas habitaciones espaciosas, sin agua caliente, con una ducha de mano que estaba por el piso, pues habían arrancado el soporte de la pared.
Sin aire acondicionado, con un ventilador de techo que tosía si lo apurabas, y que si lo soplabas, andaba más rápido.
La habitación que me tocó, tenía un nido de hormigas en el baño que en la noche se desperdigaron por la habitación…cuando me levanto a mear, me puse a matarlas una por una, hasta dejar el piso libre de alguna hormiga que caminara.
Ya en la calle me dirijo al Seven y leven por un café, no tenía ganas de preparar uno, había tenido una noche nerviosa, ansioso por entrar en Malasia, entretenido en matar las hormigas grandes y rojas.
Después de obtener mi café, compré unos diminutos biscochos para acompañarlo…el café por la mañana, me daba la energía, el humor, la fuerza para el resto del día.
Cargué las cosas en la “Burra Negra”, tranquilo, sin apuro, puse rumbo al Border con Malasia. Fue un tramo de unos veinte kilómetros hasta estacionar la motocicleta sobre un costado de la franja en la que pasan las motos, en inmigraciones.
“Is Okeii?”…pregunté señalando a la moto…
“yes”… me contestó un guardia con una sonrisa. ”Pasport” dice y me señala una cabina a la que me encaminé con todos los papeles…Llego a la cabina, le doy el pasaporte, lo pasa por el escáner y nada…lo vuelve a pasar y nada…me deriva a una oficina…
En la oficina me recibe una árabe, de cabeza tapada con sus característicos atavíos…me señala al fondo de la oficina donde me espera un oficial de migraciones.
“hola, que tal”… lo saludo y le doy el pasaporte…me saca una foto, escanea el pasaporte y nada…vuelve a intentarlo…
Me habla unas palabras y se va con mi pasaporte, dejándome sentado frente al escritorio…espero largo tiempo.
Mientras varios de los que hacen los trámites, le dejan dinero a la árabe…lo coloca en una cajita con llave y saca otra parte que guarda en su corpiño (la mejor caja fuerte de las mujeres)…esa parte debe ser lo que va en negro…jajajajajajaja.
Lo cierto que demoró como veinte minutos en venir el guardia, ya me estaba poniendo nervioso…
Habla otras palabras y entre ellas “Chiang Mai”…
“Chiang Mai…? Vos estás loco si voy ir a Chiang Mai…es tu problem…Your problema…my ok in Ouaxai o Chiang Rai…” y le señalo los sellos en el pasaporte…”Problem is Your”…le hago la seña de un teléfono….”Call Ouaxai o al Border donde my Crossing”
“Verifiquacion on de Border… Your!!, no mi”…”mi is ok” y le muestro de nuevo los sellos de entrada…”problema is Your computer”…y la señalo…”is bad!!”…es basura, cómprate una nueva!!
Y sigo blandiendo el pasaporte” vos te crees que no tengo nada que hacer que falsificar estos putos sellos”…”mi visa tree entry…this es second entry…” “voy para malasia, y tengo que volver a entry Your country…look visa…”
Al final agarra el pasaporte “ok, ok…” y le estampa el sello triangular de salida.
“Ok, good…very good…tenquiuuu”…” en un mes estoy de vuelta, así que te voy a romper todo, prepará los papeles para cuando vuelva”…y le extiendo la mano, como saludo…”gracias!”
Me dirijo a la árabe, le doy la mano…”gracias, hasta luego, nos vemos!”
Voy hasta la moto y la muevo hasta la cabina de los Customs…”estos son peores”.
Me atiende una mujer…”mi necesite chu monts…mi malasia, indonesia, filipinas…chuuu moonths”…para qué…fue como meterle algo donde saben…”No posible, guan months…your go..goooo!
“No,no nooooo…mi no go….your permiso chuu months”…
Hace un gesto de malestar, agarra todos los papeles…y sale de la oficina…”Camon…” me dice y la sigo…
Vamos hasta donde hay un gordo de uniforme azul y le empieza a hablar…yo también reitero el versito “aim necesity chuu months” aim motorcicle…mi trip for Malasia, Indonesia, Filipinas”…discuten entre ellos, la mea toda a la mina y retornamos a la oficina…
Se pone a hacer el papel del permiso de salida por dos meses… me lo entrega y me señala que lo lleve hasta el jefe.
Llevo el papel al gordo, me da el ok, otra mujer me lo sella y se lo llevo a la mujer del principio…lo mira y me lo devuelve…”Ok”
Cuando miro la fecha, tenía hasta el mes nueve para volver a entrar…jajajajajajaja…estaba recontra seguro de tiempo…
Enfrentar inmigraciones malaya fue un paseo, ambas fronteras tienen un camino para las motos, me detengo en la primera barrera y una árabe de cabeza tapada me manda a una oficina…Dejo la moto más adelante y entro a buscar la oficina después de dos intentos fallidos, logro dar con ella…me ponen un pegotín verde en el pasaporte y me lo devuelven…me dirijo a inmigraciones, le doy el pasaporte…”ok,goo”…me dice el moreno.
“¿Custom?...pregunto? “ no problem?”
Ok, ok…yuu go,goo…me responde.
Agarro mi pasaporte y salgo disparado rumbo a la moto, me monto a ella y me detengo en el cartel de bienvenida…”Welcome to Malaysia”…era uno de los pocos países en los que había estado en Asia, que te recibía con un cartel, en letras de acero inoxidable brillante…
Rodar los primeros kilómetros por tierras malayas, fue como otro mundo…todo correctamente planificado, carreteras de alta velocidad, con senda para las motos, con rest aéreas de descanso cada treinta kilómetros, con la particularidad de que cada setenta kilómetros tenían lugares de comida y gasolineras.
Cuando eché gasolina, no lo podía creer…había llenado el tanque con diez ringits…algo así como tres dólares….jajajajajajaaja “estaba en el paraíso del petróleo!!”
La autopista era como la de las grandes urbes del mundo, cercada en su límite por una alambrada, donde los camiones y autos circulaban a grandes velocidades.
Lo único problemático eran las salidas, pues la motocicletas circulaban en un carril a la izquierda y cuando venia el desvió, tenias que invadir el carril de los autos, por lo cual hay que andar siempre atento…aunque te cuidan bien, se tiran al otro carril cuando esto sucede.
La E1 tiene tres carriles para autos y uno de motos, con muchos tramos en reparación, por lo cual se debe circular en media carretera…todo muy bien señalizado, aunque a veces te cuesta dejar tus costumbres de manejar a la derecha. Por ejemplo una de las cosas que tengo que tener en cuenta es que cuando la autopista pasa por encima de el camino que estas, para regresar debes de pasar por debajo de la autopista para seguir el sentido en que venias a tu derecha…en cambio en las carreteras que se maneja por la derecha debes doblar la derecha antes del puente y te mandas en la carretera en el sentido que quieres, y si quieres ir para el otro lado, debes cruzar por abajo. Aquí es al revés, si quieres seguir el sentido en que venias, cruzas por debajo y si quieres ir en sentido contrario, te mandas de una a la izquierda.
Me mande en una a la izquierda anterior al puente y salí hacia el otro lado, por lo cual tuve que hacer unos cuantos kilómetros para dar vuelta…muriendo y aprendiendo…”la practica hace al maestro”.
Kilómetros de jungla de palmares y gigantescos helechos son el paisaje que disfruto entre las montañas, algunas muy similares a las que se ven en la película ”Avatar”, con estructuras más grandes que sus bases…pero no siempre todo es disfrute.
Se empezó a nublar, y me fui metiendo dentro del temporal de agua y viento…por suerte encontré u puente donde de a poco nos fuimos juntando las motos, casi una docena nos resguardamos del aguacero intenso bajo el puente.
Los puentes tienen cortado el guadrail para que pase la moto y quedes a salvo bajo el puente durante la lluvia…solamente en ese caso puedes detener la moto bajo los puentes.
Era la primera lluvia que me agarraba en carretera desde que había comenzado a andar en estas partes…ya me había olvidado de lo que era ver llover…cincuenta y pico de días sin sentirla, lejos de complicarme, me ponía alegre. La lluvia para mí siempre ha sido un juego, donde alguien trata de mojarme y me defiendo como puedo.
Esperamos más de una hora, que la copiosa lluvia comenzará a amainar, para proseguir camino…un chaparrón más me agarro cercano a una zona de descanso…Lo bueno era que tenia comidas y pude comprar un café caliente, para combatir la mojadura.
Otra hora perdida, pero con la panza caliente, era otro el cantar.
Termino despejándose, hasta salir el sol nuevamente…la tormenta se alejó con la misma velocidad que vino…perdiéndose en el este.
Por media hora navegue en montañas, donde las nubes surgían de ellas, de los palmares, de la selva…era como un nuevo amanecer.
La carretera está llena de peajes, pero las motos tienen un desvío estipulado, por lo cual no pagan peaje.
Me detuvo el tráfico, un embotellamiento de kilómetros donde las motocicletas empezamos a remar entre los espacios que quedaban, aprovechando cualquier rinconcito donde pudiéramos avanzar…A la salida de un túnel, estaban trabajando en la carretera, por lo cual solo dos carriles para drenar el gigantesco flujo del tránsito, no daban abasto…
Fue otra hora perdida, la zona más hermosa por la que crucé, pero más complicada. Donde los camiones se tiran a la izquierda y apenas queda lugar para el paso de la moto, antes de caer a una zanja profunda…por lo cual tienes que poner todos los huevos que tengas para avanzar.
Eran cientos de camiones y coches trabados…la fila era eterna.
Al salir del túnel, pude andar más rápido, aun así llegue al hotel de Ipoh cerca de las ocho de la noche…fueron trescientos kilómetros bastantes moviditos.
Busqué un lugar donde cenar, comiendo arroz con pollo al curry…medio picante, pero soportable…aquí por lo pronto todo tiene curry y ají picante.
Lo que me llamó la atención es que el restaurante tuviera dos salas, una para los malayos y otra para hindúes…
Estoy viendo mucha gente de otras regiones asentadas en Malasia.
Muchos chinos, birmanos, tailandeses e hindúes. Caí podrido en la cama, la mojadura y el transito me habían cansado…las botas chorreaban agua… (water prof decían)…jajajajaaja…las puse al revés y empezaron a hacer un charco en el piso …
Me desperté tarde, me di un baño…preparé el desayuno y con todo el power, me puse los vaqueros húmedos, la campera húmeda…un par de medias secas con las botas húmedas, lo guante mojados y salimos a devorar los kilómetros que faltaban para Kuala Lumpur.
Quería llegar a la embajada cuanto antes, pues no sabía qué tiempo me llevarían los papeles del CPD, ni donde hacerlos.
El plan era llegar a la embajada ver donde conseguíamos lo que necesitaba y luego buscar un lugar donde dormir.
Me fui secando con el calor…pero este era tanto que de a poco, fui humedeciendo las ropas con el sudor nuevamente.
En realidad llegué como a las dos de la tarde al edificio de la embajada…las ciudades tienen las calles circulares y doblan a noventa grados, por lo cual a veces crees que vas en la calle adecuada, pero la verdad es que hace rato la dejaste, pues continuaba en un ramal que salía a noventa grados…lo bueno que al ser circulares, en algún punto, vuelves a encontrarla.
Subí al sexto piso del edificio y me atendió Andrés, el oficial de cancillería, mas tarde el cónsul en persona me atendió de maravillas…Alberto era un joven de treinta y cinco años, agradable que de inmediato dio las directivas a una señora China que se encargaba de los diálogos con los Malayos. En diez minutos habían hecho todas las averiguaciones y me dieron el lugar al que ir al otro día, en la asociación de automóviles de Malasia (AAM).
Nos entendimos muy bien con Alberto, un cónsul de carrera, pero sencillo, simpático, afable y dispuesto.
Me causo muy buena impresión, pues era una persona que hablaba el mismo idioma y no se escudaba en el titulo representativo, como algunos de los embajadores que había tratado antaño, que casi eran una excelencia.
Luego de un rato allí me dirigí en busca de algún hotel barato y cercano, pues los puntos que me habían mostrado quedaban por allí nomas.
”En esta zona, hay hostales baratos” me decía Alberto, señalando el mapa que me daba…yo trataba de arrimarme lo menos posible, pues jedía como jaula de osos…había sudado demasiado, con la camiseta húmeda del sudor generado ese día.
Después de una hora de dar vueltas encontré un hotelucho cerca de las torres, Leo, su dueño me hizo una rebaja por tres días, por lo cual para mi estaba bien…Además me tranquilizaba encontrar el lugar para dormir, pues era tan grande aquello, que me tenia asustado…
El barrio era como un pequeño gueto de cuatro o cinco manzanas, que quedaba separado de las grandes torres por la calle Jalan Imbi
Jalan es calle en Malayo, o road…el hotel estaba situado en Jalan Imbi y Jalan Ismael…si seguía Jalan Ismael al revés, llegaba a la embajada en Jalan P. Ramblee y Jalan Ismael…si la continuaba también llegaba a la embajada…En los días que he estado no he podido descifrar la nomenclatura de las ciudades malayas, demasiado complicadas para quien no tiene GPS.
Es un gran nido de serpientes sus calles.
Estaba embelesado por la ciudad, por lo cual después de instalarme salí a dar un paseo, armado solamente con la cámara.
La ciudad era limpia y ordenada, pero inmensamente densa…estaba a unos pasos de gigantescos shoppings, restaurantes y enormes torres de edificios.
Estaba contento, mañana empezaba una nueva aventura, obtener el CPD en Malasia…veríamos si esto era posible.
En la mañana me dirigí a la AAM con sede en Kuala Lumpur, en la dirección que la embajada me había dado…reboté como el mejor…allí no daban el bendito CPD, tenía que ir a las oficinas que quedaban en Selangor, a treinta kilómetros de donde estaba.
Igual seguí adelante hasta que di con la puta oficina y con las personas que debía tratar, pero ponernos de acuerdo fue imposible. Ellos querían determinado dinero de depósito y yo quería que fuera la mitad…después de un buen rato de negociar y aclarar entre la embajada y la AAM, dejamos más o menos encaminadas las cosas para el otro día…
Durante la discusión entre Ms Woo y quien les cuenta, llegué a amenazar su vida y la de su compañero…jajajajajaaja…El problema era que la Honda Panthom se dejó de construir en el 2010…jamás entró a Malasia, por lo cual la AAM no tenía ni idea del precio de costo. Hacerles entender que todas las existentes eran de segunda mano “brrrrrrrrr”…fue un parto.
Les grité, los carajeé…tenía una calentura que volaba…llegue a decirles “Yours criminals y piratas”…hasta que llamaron al embajador y se calmaron las aguas…”Si mañana demostráis el valor de la moto, ellos aceden a hacer un deposito más bajo”…me comentaba Alberto desde el teléfono.
Igualmente fui para la embajada, donde Alberto, el cónsul, me explico que es lo que querían ellos y quedamos de acuerdo en ir al otro día, contando con el apoyo de Andrés en el lugar…el haría de traductor entre las partes…Voy a tener que buscar nuevos argumentos, pues la factura de compra la había perdido en alguna frontera, junto a los carnets de vacunas y la agenda…me olvidé de cerrar el compartimento y la agenda se fue con todos esos documentos en algún tramo en mal estado.
Tenía que pagar el CPD, un seguro, un permiso de circulación en Malasia y un depósito por un porcentaje de la importación del vehículo. Cuando devolviera el CPD debidamente sellado en sus entradas y salidas, ellos devuelven el depósito. En esta parte les di un poder a la embajada para hacerlo efectivo…les mando el CPD y ellos cobran el depósito y me giran el dinero adonde sea.
El CPD estaría pronto para el lunes, por lo cual el viernes a las nueve y treinta, estábamos con Andrés presentes en las oficinas y llevamos las negociaciones a buen término…Luego Andrés me arrimó a la embajada, pero Alberto no estaba y no pude agradecerle la gestión
Quedé de darles el depósito el lunes, cuando me entregaran todos los papeles en regla. Ms Woo cada vez que me veía, se agarraba la cabeza, de tener que tratar conmigo, lo mismo que Mr.Chung…jajajajajaa…en un par de días, los había enloquecido…además al meter a la embajada por medio, esto tomaba ribetes internacionales.
Lo lindo de todo esto es que me sacaron plata de todos lados, tanto que corría riesgo el cruce de Birmania y Tíbet…pero bueno era cuestión de sacrificar peones, con tal de atrapar al Rey…además algo se me ocurrirá para seguir adelante.
Tenía tres días al pedo mientras esperaba el permiso, por lo cual me dedique a dar vueltas en esta magnífica ciudad de Kuala Lumpur…me pasee por todos lados, aprendiendo tips y viendo a la gente y sus costumbres.
Aquí hay gente de comportamientos muy diferentes, los malayos, los malayos islamitas y los hindúes, además de los chinos, birmanos y otros pueblos.
La comida es bastante variada, pero para cada uno de ellos es el mismo picante…todo tiene el ají tailandés.
En esos días hicimos buena amistad con Leo, era uno de los trabajadores del día en el hotel.
El hotel funcionaba como casa de citas y además leo se encargaba de que los árabes tuvieran su prostituta birmana o china.
Por lo cual algunas veces que llegaba en la tarde, encontraba a alguna de ellas sentada en la moto, esperando el transporte después del trabajo…
Leo se interesaba por la cultura de América y su música, por lo cual le enseñaba algo y él me mostraba de Birmania, pues era toda una incógnita el pasar por allí…Lo que me quedo claro, es que es un país peligroso para andar solo…y que en algunos lugares estaban prohibidas las motos.
La habitación del hotel era totalmente cerrada, por lo cual pasaba mucho tiempo caminado por los grandes shoppings, con aire acondicionado, sin comprar nada, pero iba conectado uno con otro, hasta llegar adonde quería sin tener que soportar demasiado el calor agobiante de la ciudad…Me metía por una puerta y salía en la calle opuesta, cruzaba y entraba en otro…y así cuando quería acordar había avanzado un kilometro y medio.
Por fin el lunes me hice de todos los papeles, incluso la visa de Indonesia y quede pronto para ir en busca del sur Malayo y por supuesto Singapur, donde había depositado las expectativas para cruzar a Indonesia.
“Your life en my hands”….jajajajajajaa…les señalaba a Ms Wood…
Estos días he estado remolón para escribir, es que he debido enfrentar varias cosas difíciles y me quita ganas de ponerme a contarles el camino.
Mañana me dirijo a Port Dickson, en busca de las playas y el mar.
Trataré de disfrutar de algún baño, aunque el agua que me interesa quedó para el regreso, Krabi y Poukhet
Saludos.
Ernesto Urrestarasu.
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