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21 de mayo de 2013

Capitulo VII, Australia.


El viaje de los sueños
Australia:”Todo por la izquierda”
Crónicas de viaje, capítulo VII
El día que pase junto a los Argentinos Bruno y Anaïs y el Belga José no estaba en los libretos…
Como a las dos de la tarde me puse a hacer chivitos, el lugar que elegimos era una plancha que estaba en la piscina (pool). Algo improvisado, pero estaban buenos…me falto panceta de la buena, sabrosa…la que consiguieron (bacon le dicen aquí) no tenía mucho gusto…La panceta, en rodajas de tres o cuatro milímetros es el sabor esencial de todo chivito.
Pero lo bueno que se consiguió un queso muy sabroso, que salvo el plato.
Era una pintura ver a toda esta gente, a lo perro, todos chorreteados por el jugo del chivito, en un lugar tan lejano como Alice Spring…me reí bastante.
Me instale con la computadora a un costado de la piscina a terminar la anterior reseña, el ámbito era espectacular…al fondo de la piscina, la montaña.
-        Ya viste los wallabíes – me pregunta Anaïs…
-        No los he visto…
-        Aquí en la tarde se llena, bajan de la montaña…
-        Ajá…
-        Espera que voy a buscar la comida y vamos a verlos…
-        Ok…
Los Wallabíes son la especie de canguros más pequeña, en estado salvaje, bajaban atraídos por el olor de la comida de conejo que estaba permitido darles.
El camping vende una bolsita de papel con comida, a un dólar…los wallabíes conocían hasta el ruido de la bolsa…la apretabas y comenzaban a bajar a los saltos desde sus cuevas en la montaña.
Pase un largo rato dándoles de comer, son agresivos…por lo cual hay que tener cuidado…mientras están comiendo solos no pasa nada, pero se acerca otro y se ponen como locos. Hasta los vi boxear entre ellos.
En la noche, José tenía una pulpa de cordero, por lo cual como despedida de todos, esa noche asamos a la plancha ese endiablado cordero. Era un trozo de paleta y llevo tiempo hacerlo.
Al final, termine fileteando un poco, pues lo grueso que era no permitía que se cocinara por dentro. Anaïs coloco unas verduras con las que lo acompañamos.
Yo estaba loco de la vida…había hablado en español casi un día entero…dos comidas estupendas, con carne y lo esencial, acompañado de buena gente…
El programa del día siguiente era llegar a Tennant Creek, como a quinientos kilómetros al norte…por lo cual debía madrugar.
Madrugar si, madrugué…antes del amanecer estaba desayunando, me puse a trabajar en le blog, cuando me llaman de un programa radial en Uruguay si podíamos hacer una entrevista…lo cual combinamos para tres mañanas más tarde…
Cuando viajas no sabes en que día vives, estos transcurren sin fecha, sin nombre…la manera de agendarlo, era para tres mañanas después…eso era lo importante, en tres mañanas sonaría el teléfono y debía contestar.
Arranco tarde, como a las ocho de la mañana y todavía una parada en el supermercado a comprar lo necesario, pues quien sabe donde podría tener otro.
Comprar tres cosas en un supermercado, me lleva mi buen tiempo, tengo que recorrer todas las góndolas buscando lo que quiero, lo cual me paso media hora. Me manejo buscando una imagen…debería aprender los nombres en ingles, para tardar menos.
El camino ya lo conocía, había dos cosas que ameritaban parar, uno, que a veintinueve kilómetros de Alice Spring pasaba el trópico de Capricornio…a mi llegada lo había pasado de noche, por lo cual tendría que hacer una parada para fotografías. El otro eran las Debils Marbles…unas rocas redondeadas, gigantescas que en la primera ocasión las vi desde la carretera, pero ahora debería entrar al parque.
Salir tarde, y con esas paradas significo que en Tennant Creek llegara entrada bastante la noche…fue difícil encontrar alojamiento…Además en la noche el aborigen generalmente esta pasado de alcohol…por lo cual tuve dos enfrentamientos con ellos, se te tiran adelante, en cualquier lugar de la calle buscando la provocación…pero pude resolverlos sin problemas.
Al fin de tantas vueltas  encuentro un lugar seguro para la moto y para mí…tres horas de tención por manejar de noche, te hacen trizas…siempre te encuentras o vacas (para mí ha sido el peligro mayor) o canguros. Los canguros cuando sienten la moto salen de raje…pero las vacas no te miran o se paran en medio de la carretera a mirarte, curiosas.
Además el color del ganado, si no tenés buena luz lo ves cuando esta casi arriba tuyo…el marrón es más difícil de ver que el ganado gris…cuando es gris vos ves una forma blanca que sobresale a lo oscuro del resto y tenés más tiempo para tomar contra medidas, pero cuando es marrón, se confunde con la oscuridad y te sale de sopetón, quedas jugado a tus reflejos…
Lo bueno es el efecto que causa el sonido de la moto en los canguros…a un kilometro ya salen de disparada…he visto que con los camiones o los autos no se mueven…pero cuando aparece la Kimco salen alto del piso.
Cuando manejas de noche, escuchas las voces de los amigos…”cuídate de esto, de aquello, de esto otro”…por lo cual se va generando un estrés importante…y lo peor es que esas voces, tienen razón en algunos casos.
Cada vez que manejo un tramo de noche, caigo como podrido, en un sueño profundo por un par de horas…después, así este en el lugar más seguro, mi sueño es con interrupciones constantes, siempre en alerta…
Es uno de los precios que pagas a veces por viajar en aventura, yo me lo tomo con calma, ya descansare en mi tierra. Aquí a pesar de tener cada dos o tres días comunicación con Daniel, el está a quince mil quilómetros de distancia…ese soporte está demasiado lejos, la realidad es que estas más solo que Bin Laden en el día del amigo. Por eso esa vigilia constante.
La mañana me tomo con nuevas energías. Mientras disponía la carga me acordaba de la entrevista que tendría con “Departamento 20” en la mañana siguiente… me da por revisar la carga de batería del teléfono y estaba por debajo de la mitad…Esa noche tendría que conseguir un lugar para recargarlo. Además de tener señal.
A veinticuatros kilómetros de dejar Tennant Creek, tomo el desvío a la derecha por la A6, que me lleva directo a Townsville en la costa este. Paso Barkly Homestad y decido seguir hasta Camooweal…mientras entre ellos pasaba las Roadhouse de varios lugares. Era todo un tramo de desierto, la suerte es que desde Uluro, las nubes me seguían, por lo cual transitaba sin sol y bastante fresco…A la Dinga le venía bien, pues hacíamos tramos de setenta kilómetros entre paradas.
Cuando llego al destino, llevaba como 471 kilómetros hechos…pruebo el teléfono marcando el numero de Daniel y el pi…pi…pi me confirma la falta de señal…Puta! …Eran las siete de la tarde, ya entrada la noche…el siguiente pueblo Mont Isa estaba a 190 kilómetros…
Un camionero me pregunta dónde voy, le digo:
-        Mont isa…no siñal…- y le muestro el teléfono
-        Si siñal – me contesta sacando su teléfono…comprueba y me dice:
-        Hooo no siñal
-        Yes, go to Mont Isa…is necesari…
El camionero se va rezongando y sacudiendo la cabeza…
Yo no tenía que pensarlo dos veces, había dado mi palabra, por lo cual tendría que jugarme para mantenerla. Antes de salir ceno algo en el lugar, calculo que en tres horas estaba en Mont Isa.
Me concentro en mi meta y me largo a la ruta…fueron tres horas y media largas…el susto no me lo dieron ni los canguros que encontré ni las vacas con que me tope…un maldito gato salió corriendo hacia mi…enfile la moto en paralelo, cruzando de senda y se perdió en la mano contraria…le faltaron apenas cincuenta centímetros para no contar el cuento…si sigo derecho lo parto al medio.
El resto dentro de los peligros controlables, a poca velocidad y con mucha atención…vacas y canguros fueron quedando en el camino…
La cuestión es que a las diez y media de la noche estaba entrando en Mont Isa, me detengo pruebo la señal y corto…todo bien.
Me meto en un motel, con energía para mis baterías y tener todo preparado para las seis de la mañana donde seria la entrevista.
Me desperté a las cinco con el sonar del teléfono, apago la alarma…me doy una ducha, me afeito para estar prolijo…cuando me siento en la mesa a desayunar me digo…” y para que quiero estar prolijo, si la entrevista es radial, nadie me va a ver” jajajajaja!!!...a veces la mente te juega lindo!!...está bueno…
A las seis y media, puntuales, estaba hablando con la gente de “Departamento Veinte”…no fue tan sabrosa como esperaba, el tiempo no daba para extender los temas, como no teníamos nada preparado, tal vez en algunos casos nos fuimos por las ramas…después cuando la escuche, no me pareció tan mala…solo que Alejandro me había cambiado el apellido! Jajájajá…
Lo bueno es que ellos no sabían, cuanto me había costado poder estar para ese momento.
Yo estaba contento, había cumplido y el esfuerzo de la noche anterior nos había demostrado a piloto y maquina de que madera estábamos hechos…eso es lo que siempre te da fuerzas para lo que venga…que tienes resto y tu maquina, por inferior que sea se comporta como en primera línea.
Ahora no tenía nada que me apurara, por lo cual ese día me divertí viendo a una mujer policía yendo y viniendo durante cincuenta kilómetros, se hizo un picnic…a cada rato la pasaba y ella estaba haciendo la boleta a alguien, de nuevo me pasaba y vuelta con otro…
Hasta que como a cincuenta kilómetros me detengo, prendo un cigarro y pasa de vuelta…frena y da marcha atrás…no se que me pregunta…
-        No espik inglish – contesto
Sigue hablando hasta que me hace un gesto con las manos una o y una k…
-        Haaa jajájajá….yes todo okei…tanquiuu….veri gud!!! - Le digo
-        Yuuu…mucho work….los estas matando a lo pampa…jajajajaj – agrego.
Ella también se ríe y sigue adelante…más tarde nos cruzamos por última vez, ya venía corriendo a otro auto.
-        Si la policía de Queensland es así, nos vamos a tener que cuidar mucho Dinga!!! Ojo con pasar los ochenta ehh!!! Jajajajaja
Ese día hicimos pocos kilómetros, pero disfrutables…era zona ganadera, todos eran pequeños pueblos similares al lejano oeste…Mucho cosa vieja de la época de los ingleses y mucho Country…
A pesar de viajar entre montañas, no pudimos hacer muchas paradas…el transito había cambiado, mucho más camiones y coches en carretera nos llevaban a estar concentrados en la carretera y un poco menos en el paisaje.
En el desierto no se siente tanta presión de los camiones trenes por sus grandes rectas, pero en zona de montaña si no les das paso, parece que te van a pasar por arriba…y tienen cincuenta y seis metros de largo, por lo cual hay que andar cuidando los espacios… para ellos y para vos.
La cuestión es que siempre logres que se abran hacia la otra senda, de esta manera te sacuden menos.
De esta manera pase Cloncurry y Julia Creek, como aquí no había gasolina seguí hasta el siguiente Richmond, y desde allí a Hughenden…pensé en quedarme esa noche allí, pero aun quedaba tiempo y luz como para hacer 44 kilómetros mas y llegar a Prairie…dividiendo las distancias a Townsville.
Llegue al hotel Prairie y me meto en el bar:
-        Hola cómo estan…No spik inglish ……aim ten…is posible her…
-        Is posible
-        Hou mach ?
-        Free…you drink her y me señala las botellas…
-        Okei…tenquiu…y salgo con una persona que me enseña el lugar.
Me subo a la moto y recorro el espacio en busca de un lugar bueno…era todo arena, por lo cual no había mucho para elegir.
Levanto el campamento me doy un aguaso y me dirijo al pub a consumir una cerveza…cuando llego ya había otra pareja…por lo cual entablamos dialogo con uno de los parroquianos…como el dialogo era medio enredado traje la computadora y por medio del traductor empezamos a dialogar. El google tiene eso, dos desconocidos, que al final terminamos como amigos…hablando de vacas y de asados, parrilla y otras yerbas…
Mientras seguía cayendo gente, con tortas, con comida…niños, mujeres… y se entro a picar el pub…resulta que era el cumpleaños de Toms el dueño del bar ( era el que servía) y sus amigos venían a saludarlo. Así que de rebote me vi involucrado en el cumple…Comí lo que me invitaron y a la tercera cerveza ya estaba pronto para irme a dormir, me despedí de todos, agradecí las gentilezas y me fui para el campamento.
Me acuesto y al ratito nomas empieza a sonar un motor…el campamento quedaba al fondo del hotel, entre este y mi carpa armaron un inflable donde los gurises se pusieron a saltar y gritar…
Era tanto el alboroto que no me podía dormir…aparte en el local empezó a sonar música Country en un buen  nivel de volumen.
Era como tener la música y a los niños juntos, dentro de la carpa…
No sé cómo me dormí ni cuando, pero el jolgorio siguió hasta tarde…
Fue una noche movidita en el hotel y justo me toca a mí, ya me parecía que esto de free, tenia gato encerrado.
En la mañana ni miras de la gente, ni llegaron a abrir…me hice al camino sin despedirme, con algunas fotos del local…
Otro día de disfrute, el intento era llegar a Townsville…pero sin apuro, tranquilo…la carretera estaba espesa…transcurría entre montañas azules y bosques espesos…comenzaba la vegetación tropical.
A cuarenta kilómetros de Townsville, me detengo en un rest área…el lugar estaba tan bueno, que me quede allí.
Cerca en otro campamento, cuatro Harleys brillaban…eran las cuatro de la tarde, temprano aun…a un costado la vía con gran transito de trenes y del otro un puente que cruzaba un supuesto rio.
Digo supuesto, pues el setenta y cinco por ciento de ellos estaban secos…solo quedaba la arena del fondo, al descubierto.
Después de armar la tienda, me hago la cena…y me quedo un rato sentado, meditando y observando. En el campamento de Harlistas, gran jolgorio…al fin me acerco y comenzamos a dialogar a los tumbos…la computadora estaba sin carga, por lo cual debería abrirme camino como pudiera.
Me invitan con una lata de cerveza…la charla transcurre entre preguntas y respuestas y algunas bromas.
No había terminado mi lata, cuando ya tenía otra…el grupo estaba formado por Greg y su esposa Helen, con su pequeño Jack…luego Jenny, Roberts y Rodney…Damián y su familia, Que eran muchos…eran de Townsville…habían salido a Mínguela a disfrutar de un lunch barato, por cuatro dólares…
En el campamento corría todo tipo de beberaje, cerveza, whisky, bourbon y otras yerbas (literal)…toda reunió bien regada transcurre en un ámbito jovial, alegre, entre bromas…tratando de entendernos como se diera…estábamos pasando un buen momento.
Cuando termine con mi tercera lata, ya estaba pronto para irme a dormir…por lo cual me despedí y me fui a mi carpa…la joda siguió supongo hasta que se tomaron todo…estuvieron largo rato de música y charlas…pero al fin todo el mundo se fue a dormir.

En la mañana nos despedimos y salí raudo en busca de Townsville…cerca de la ciudad las Harleys y Helen me pasaron como parado…quede mirando cómo se alejaban.
Townsville era la capital de Queensland, por lo cual el transito en estas ciudades grandes es complicado, las grandes freeway se abren en cientos de formas…el transito se transforma, se hace denso y los semáforos te van deteniendo…juntándote cada vez más con el transito intenso.
Fui dejando atrás pueblos y ciudades, tratando de avanzar lo más que pudiera a Cap Tribulation.
Si algo complica más el transito son los arreglos en la road, muchos de los pueblos estaban con reparaciones…el avance se hacía lento.
Me llevo todo el día dejar a Cairms atrás…apenas paso el aeropuerto me atrapan las primeras gotas de lluvia. Se juntaban todos los males, lluvia, tránsito pesado y carreteras rotas…
Lo bueno y disfrutable es que a partir de Townsville comienzan las montañas y las grandes plantaciones de caña de azúcar, por lo cual las imágenes eran impresionantes.
Por momentos parecía que transitaba en las cercanías de Cali o Medellín…en otras parecía estar en Ecuador…solo faltaban los trenes cañeros y cartón lleno.
Las fincas en las laderas de las montañas, grandes templos arábigos, le daban el toque de parecer estar en cualquier parte del mundo, menos en Australia.
El transito te traía siempre a la realidad, carreteras angostas y donde tu concentración estaba siempre exigida.
Al fin veo un lugar de camping al norte de Cairms y me tiro de cabeza…estaba empezando a mojarme y eso era lo peor para mi, después me costaba un huevo secarme.
El camping era casi una jungla, la vegetación tropical era densa y húmeda. Pero aquí nunca tienes tregua, te detienes en el desierto y te asaltan las moscas…te detienes en la jungla y te atacan los mosquitos. Siempre, siempre hay algún bicho que rompe los huevos…siempre algún Warning… cuidado con los cocodrilos, con las medusas…con los dingos, con esto o con aquello….bufffffffffffff…
Esa noche conversamos un largo rato con un inglés, era profesor de ese idioma en Laos…filosofamos sobre Australia y otros pueblos…lo que quedo claro es que estaba llegando al límite de la Australia turística…rumbo al norte, en el cape de York se podía ver la convivencia del aborigen con el blanco sin problemas…
Ojeamos las rutas, era casi imposible tratar de hacerlo con la Dinga, venia con un ruido raro en la transmisión y cada vez se acentuaba mas…por lo cual era matarla si la metía en esas rutas de vados,  ripios y arenales.
Yo la tenia clara, desde siempre sabia que tan solo podía llegar a cape Tribulation…seguir mas allá era otro viaje…si me adentraba, tal vez no saliera nunca más, conocía el encanto de lo salvaje y lo que hacía en las personas…te terminaba convirtiendo en un animal y ya no tienes retorno…la vida se convierte en algo simple y salvaje…demasiado encantador para mí.
Ya había visto tanto o más de Australia que cualquier australiano en toda su vida, eso ya era bastante.
En la mañana, luego de lavar ropa me puse en marcha para hacer los kilómetros que faltaban a cape Tribulation…ya cuando arranque la ruta comenzó a cambiar…empezaron los caminos sinuosos junto al mar, entre montañas y valles por le caña de azúcar…hacer setenta kilómetros me costó todo el día…a cada momento me detenía con una imagen superior…fue uno de los momentos más disfrutables del viaje, transitaba entre la selva y la montaña, hasta llegar al ferri que me dejaba a cuarenta kilómetros del cabo.
Esos cuarenta kilómetros fueron increíbles, entre una densa selva, húmeda…gigante…hermosa…el cielo era verde, los árboles entretejían una madeja sobre mi cabeza, que la luz apenas atravesaba…estaba dichoso…transitaba en soledad, por lugares increíbles…la lluvia se sentía por momentos, pero los arboles me protegían y esta descendía por sus ramas…todo el bosque chorreaba agua.
La ruta o la especie de ruta se termino, transite un tramo de ripio, tenía ganas de seguir, pero me frene…no estaba en condiciones para afrontar el desafío que seguía…retorne hasta el último lugar habitado y acampe allí esa noche.
Esa noche charle bastante con un Canadiense (que había estado en México y hablaba español)
En una charla franca dejamos en claro las ideas de cada uno, el pensaba que Australia estaba bien, que toda la gente era feliz, y que no había muchos pueblos en el mundo, que tuvieran la sonrisa de felicidad de los australianos.
Que había encontrado un trabajo allí, un buen trabajo en su concepto…que estaba con su pareja y pagaba treinta y cinco dólares por semana en la acomodación, que para él estaba bien.
Que iba a hacer mucho dinero en aquel lugar, ya que junto a su pareja ambos trabajaban…podría comprar una casa y un carro.
Cuando le pregunto cuánto hace que vivía allí, me contesta:
-        Dos días
-        Dos días?
-        Si hace dos días que tengo el trabajo, muy bueno…ayudo a los turistas en los arboles a hacer tirolesa…les enseño a atarse y quedar seguros…
-        Jajajajajaja !!….dos días y ya tienes toda esa expectativa?
-        Ojala que la suerte te acompañe en tus proyectos…pero ya deja de fumar esa yerba!! Jajajajaja!!
Había hablado toda la noche, creyendo que aquel canadiense tenía una buena razón de vida para defender a los australianos en sus creencias, pero aquel payaso (su profesión era de payaso) apenas había comenzado a vivir como Tarzán colgado de una cuerda, hasta que el dueño de ella no lo necesitara mas o viniera algún chino, con mas actitudes y más barato!
Esa noche me dormí contento, había alcanzado una meta más en el trip…tal vez la meta en la cual tenía más expectativas, por eso la había dejado al final, como postre. Sabía que todo lo malo que hubiera pasado antes en este lugar se igualaría, y no me decepciono.
Ahora empezaba a tomar el camino hacia el sur, en busca de Sidney…tal vez el más pesado, por la cantidad de ciudades y trafico…pero eso era harina de otro costal.
En la  mañana había puesto la dirección rumbo a Cairms, había combinado con Carlos, un español de Madrid y miembro del HUBB de encontrarnos en esa ciudad, el iba a hacer parte del camino hacia Alice Spring y podríamos intercambiar datos.
Por lo cual me tome todo el día en hacer esos cien kilómetros y poco, parando en  los lugares que había tomado como referencia, conociendo los pueblos y lugares hermosos hasta la gran ciudad.
El camping donde estaba Carlos era cerca del aeropuerto, me costó bastante encontrarlo con mi GPS de tracción sanguínea, pero di con el…cuando terminaba la registración llegaron Bruno y Anaïs en su Van…eso prometía una gran noche, de charlas hispanos hablantes.
Carlos por su parte se encontró con dos Españolas amigas al llegar esa tarde al camping, por lo cual la reunión nucleó bastante gente.
Esa noche un australiano que acompañaba a la gallega del grupo, quedo relegado…el 99. 999 por ciento de las charlas fueron en español! Carajo!!
Carlos tenía una cultura bastante más superior, hacía seis meses que estaba en Australia, trabajo en Sidney y su trabajo era bastante itinerante…se dedicaba a los efectos especiales en películas.
El haber trabajado le daba un margen de dinero, como para encarar el viaje de una manera cómoda…igual aquí siempre tienes la duda de que el dinero en algún momento va a faltar, se va como el agua.
Durante el rato de charlas, donde cada uno pone a los demás en conocimiento del viaje que están realizando y bromas Carlos fue en busca de un mapa que había comprado…el mapa era de un tamaño importante y cuando lo desplego, recién me di cuenta de la magnitud de lo que había realizado hasta ahora…me asombro ver un mapa, todo lo recorrido y su magnitud.
Verlo a diario en fragmentos de mapas, no te impresionaba, pero en la totalidad del mapa, era enorme el camino recorrido, cuántas cosas y cuántos lugares…
Era bueno poder hablar de viajes, de trayectos y de planes futuros…Carlos ya había estado en África, en Europa…mas su visión de esta Australia, me dejaban por demás contento…
Hoy me encuentro en el Holidays Parq en Cairms, desde donde termino este dialogo con ustedes.
Espero que esto sirva para sembrar el bichito viajero en vuestra sangre, la vida es una sola…y hay que vivirla…
Saludos.
Ernesto Urrestarasu