De vuelta todo comienza en Agadir...preparar la salida, preparar el camino que sigue, masticarlo por días hasta tragarlo, para luego grabarlo en tu mente... Aunque casi siempre los planes, están propensos a fracasar...porque hay demasiadas variantes en cada camino; una quebrada, una playa, un bosque, montañas, lluvia, una mujer, un pastor, o cualquier persona que cruce tu camino, pueden cambiar tus planes. Generalmente cuando llego siempre a una encrucijada de caminos, me detengo hasta sentir que hay del otro lado...Porque es en una encrucijada donde se terminan los planes...tu mente y cuerpo presienten lo que hay en cada lugar...y debes saber leer las señales.Hay muchos eventos en cada uno de los caminos, pero no es el mapa, ni el plan el que define por donde vamos a ir...es tu instinto, lo que ves en la lejanía...Que a veces se equivoca, que te manda por un camino de mil demonios sueltos, es muy cierto...pero ya has pensado; qué habría sucedido si tomaras el camino que no sentías?...Qué peligro te esperaba detrás de esa ruta?
El camino es un plan en constante improvisación, en desarrollo, en evolución, ya has fijado tu meta, muy lejana, casi invisible a los ojos. Pero los eventos sucesivos definen dónde termina tu dia, donde te detienes, donde duermes, donde te paras a repostar, a tomar un café, fumar un cigarro...
Tienes la inocente idea de programar una ruta, la diagramas en tu cabeza, piensas varios días en todas las variantes, reconoces dónde puede estar tu enemigo, el peligro y te lo grabas en la memoria...pero cuando llega el dia o cercano a ese dia de ponerte a rodar, un amanecer, un atardecer, una sonrisa, una palabra, hace que todo se derrumbe.
En la ruta había cuatro lugares importantes,Ouarzazate, Dades, Taza y Cala Iris hasta llegar a Melilla.Todo camino entre montañas, subir, bajar y volver a trepar.
El sistema mio, es muy simple, miro el mapa, miro los lugares que me atraen y después trato de unirlos entre ellos, buscando la ruta más trabada, la que tenga mas zig-zag...Me anoto por los poblados que están en ruta y los voy dejando al paso como cruces...si surge algo interesante bailamos, sino, seguimos adelante.Muchas veces cuando cruzó esos poblados, de pronto miro al costado y encuentro alguna mirada, tengo como regla que cuando sucede esto, paso de largo...pero cuando no hay eso, me detengo en cualquier lado.
Pero le doy mucha importancia a esa mirada instintiva, donde encuentras esa mirada a la cual le has llamado la atención, eso me pone alerta...el que quiere saber algo de ti siempre viene derecho hacia ti...pero el otro, el que te mira como un gato observando la fiambrera, esa mirada, me aleja. Alejarte puede ser, un dia mas de sobrevivencia.
Dejar Tamraght, ese lugar tan tranquilo, donde me sentía como en casa no es fácil...un abrazo a Nastassia, con la que habíamos tenido buenas charlas, de nuevas visiones del mundo, donde la soledad de ambos se hacía mas llevadera, con aquellos pequeños momentos de dialogo nocturno.
En fin, luego de cargar las nuevas alforjas de burro, que había colocado y adaptado en Tamraght, salimos en la búsqueda de Ouarzazate, una ciudad bonita, grande, pero tranquila.
Entre caminos de plantación de zapallos, bosques de Argán y Almendros florecidos y las infaltables curvas de la montaña en el último tramo, cruzando pequeños Ksar metidos en el desierto.
Hay que rescatar la gran inversión que hace el gobierno en su red vial...la mayoría de las carreteras están en buen estado, y las que no están en reparaciones y muchas de las rutas de ripio ya están en los planes de asfaltado. Solamente, por lógica en cada poblado las rutas están en mal estado, para bajar la velocidad de los vehículos y proteger a las personas que allí viven.Los poblados de calles buenas usan las rotondas y lomos de burro para evitar la velocidad, incluso en casi todos los lugares tienen un radar de la policía...
Los radares están diseminados por todo Marruecos...pero esto trae más problemas a los locales que a los extranjeros. Los extranjeros ya saben moverse con este tipo de reglas y no les ocasionan grandes problemas.
La ruta hasta Ouarzazate era bastante rápida, sin muchas trabas. Pero al otro dia comenzamos el baile diario, Skoura, Lbour, Ait Sedrate Sahl, Kalaat M´Gouna, Serghine, Boumalne Dades y tomar la carretera hacia las gargantas del Dades, pasando por Tamellalt....Una ruta difícil pero hermosa, el tema que casi toda la ruta estaba plagada de poblados, de correr nada, siempre había algo en la ruta. Las gargantas del Dades no presentaban mucho desafío, pero la ruta que siguió a continuación fue una de las más duras que había pasado en Marruecos. Divertida, trabada, pero dura, con trafico en cada curva, vehículos detenidos, gente con cabras, ovejas, ripio y mil cosas más...
Cuestión es que seguimos entre las cumbres rumbo a Agoudal, algunas zonas con picos nevados, nieve al borde de la ruta, pero un dia increíblemente benigno, sin viento, con sol a tope. En el ripio me he cruzado con varias motos, procedentes de Portugal y tres de Alemania...Por momentos me preocupaba que iba lento en la zona más alta, pero después de cruzarme con ellos, me quedé más tranquilo...en esa zona no se puede ser rápido.
Al final que a diez kilómetros de Agoudal se me cruzó el auberge La Grotte del chef Abdou...paré a estudiar el panorama y Abdou me invitó a tomar té, seguimos hablando y decidí pasar la noche allí, tenía la cena y el desayuno asegurado.En la mañana podría ver La Grotte. Abdou preparó un exquisito tajine tradicional de pollo con habas, las habas naturales le daban un sabor especial...no menos fué el desayuno...Un lugar perdido entre montañas, donde el río cuando tiene agua debe inundar todo el valle, con caminos de mucha piedra, era increíble encontrar a un hombre que había trabajado en hoteles y restaurantes, dedicado a esperar a algún turista para homenajearlo, por un precio muy modico...Él me explicó que a tres o cuatro kilómetros estaba la gruta, con una caída de agua. La Leyenda era que esa agua era de la doncella deTissli, ella te dejaba bañar en la catarata, pero tu debias dejar una prenda como pago por la ducha...Entonces encuentras muchas ropas abandonadas de las personas que se bañan en la cascada, dejadas como obsequio a la doncella.
Fué Abdoul también quien me explico la Leyenda de Tissli y Isli, los lagos que están pasando Imilchil. Según la leyenda eran dos jóvenes que se amaban apasionadamente.
Pero la enemistad entre sus familias hizo imposible su matrimonio. Los alejaron,poniendo tierra por medio.
Tissli y Isli pasaron el resto de los días llorando por la persona amada, por su amor imposible...pero fué tanto su llanto, que las lágrimas de Tissli formaron un lago y las lágrimas de Isli formaron otro lago.
Hoy el lago pequeño se llamaTissli y a pocos kilómetros el lago más grande de Isli...donde en sus orillas prosperó la vida y su leyenda.
Si pasan por alli, a diez kilómetros de Agoudal rumbo a las gargantas, en un valle rodeado de montañas, no dejen de compartir un te o una noche en el albergue, con este personaje Chez Abdou perdido entre tanta piedras.
El plan del dia era pasar Agoudal, Imilchil, Tissli, Aourach, El lago de El Hasali, Jenifra, Azrú para terminar en Ifrán...en el lago Dait Aoua.
Toda ruta espectacular, ripio hasta Agoudal y luego caminos entre montañas, con inmensos parques de robles a sus costados...
Toda la ruta de disfrute a pleno hasta llegar a el lago Dait Aoua...rodeado de parque de Robles, pero el Lago estaba seco, totalmente seco, todas las edificaciones orillas del lago estaban abandonadas...seguí adelante, aun quedaba bastante luz.
En Ain Soltane tuve que cruzar un mercado, habían armado el mercado en medio de la ruta...esquivando gente, a paso de hombre, unos de los más grandes mercados agrícolas que he visto...tenía como tres kilómetros de largo y muchísima gente...la Hiena se abría camino entre el hormigueo, rugiendo, mostrando su poder y todos trataban de esquivarnos cuando la sentían resoplar por el escape.
Usando la técnica para animales, en vez de apuntarle al culo, les apuntas a los ojos de las personas y cuando te ven, no saben si eres otro marroquí alocado y te esquivan.
Ayuda también que las valijas son iguales a las de burro y te confunden por un local...
Pasamos por aquel mercado, como un demonio!!! ante el asombro de las mujeres y ancianos.... jajajaja...Aqui no esperaban que pasara un loco, mas loco que ellos, aún deben de estar asombrados.
Al fin de la tarde Llegue a Sefrú, pregunto a la policía donde puedo encontrar un lugar barato, ellos detienen a un taxi, le preguntan para donde va y me dicen que lo siga, que el me lleva hasta el hotelucho...GPS?, el mejor !!...el taxista me dejó en las puertas del hotel y solo tuve que agradecerle.
En el hotel había una parejita de españoles, de no se que parte de Cataluña,creo que me dijeron de Gerona, no lo recuerdo bien...pero entablamos diálogo de inmediato, cenamos juntos, el hotelcito no estaba mal, la gente de la cocina y el dueño muy amables y además hablaban algo de español...Disfrutaba mucho cuando encontraba en el camino gente que hablaba mi idioma, hablábamos largo y tendido. Allí donde un país de tres millones se transforma en una potencia tecnológica y cultural...allí donde el fútbol y Mujica te abren las puertas del diálogo. Porque no se confundan, que la mitad de mi país no quiera a Mujica, en el mundo adoran su pensamiento. Su forma de vivir y pensar es reconocida en todos los lugares...Dicen que nadie es profeta en su tierra, Mujica confirma la regla. Cuando alguien te pregunta como se llama tu presidente, ya sabes por donde vienen: " fulano de tal" contestas..."No, no el otro...como es? "
Entonces sabes cómo sigue el diálogo, auspicioso, porque el que pregunta está interesado en vivir, en como has llegado hasta allí, en lo que puedas enseñarle...en compartir.
Después del desayuno, me despido buscando la meta del dia, el valle de Sofyan...aquel mismo valle que en la nevada, me cobijo, me protegió de las inclemencias del tiempo.
Ahora iba por la revancha, quería disfrutar de aquella gente amable y sincera, compartir mas momentos con todos ellos.
Desde Sefrú el camino es muy disfrutable, tierra de plantíos entre la montaña, de pequeños poblados, de dureza, de sonrisas, de asombro.
Si asombro, he visto el asombro en los ojos de esta gente, incluso de la policía...una motito donde ondea una bandera celeste y blanca les llama la atención, rompe la monotonía de sus vidas, que pares a tomar un té en la curva de un puente, donde los mas atrevidos, en francés primero, luego en cualquier idioma tienen la amabilidad de preguntar por "Argentina?", señalando la bandera..." Nooo!! Uruguayyyy!!" contestas entre risas....jajaja..."Suarez"!!
Ya estamos como chanchos, fueron cinco minutos de asombro y como si nos conocieramos toda la vida...eso te da el camino...te vas después del té, sin importarle a nadie, con solo una seña de saludo...con solo aquel rumor de dialogo perdido en el aire...
Rumbo a El Menzel por la R504 hasta casi Ahemoumou, luego a la izquierda subiendo por la P5407 , pasando por Bouarouss, Kassarate, Smia hasta llegar a Tahala.
En Tahala un cafe, charla con un Checo que venía del norte y volver al camino hacia atrás,en Smia tenía que haber tomado a la derecha para llegar al lago, pero me desvie a la izquierda...Allí tome la P 5426 que me llevaba por el costado de Barrage Bab Louta, una represa con un largo y extenso lago, donde la ruta iba serpenteando a su costado entre las montañas del parque Tesakka
Bosques de Robles antiguos, donde se pueden ver las huellas de las nevadas en sus troncos. En la época de nevadas, estos árboles van juntando la nieve en sus ramas y en las noches empiezan a colapsar, produciendo el ruido de las ramas al romperse, una intrépida música bajo los ecos de las montañas...música del dolor de los robles.
Parecido a los ruidos de la jungla montañosa de Indonesia, donde los los bosques de Durian, en la noche producían ruidos similares, cuando caían en la noche sus frutos pesados arrastrando todo lo que encontraban a su paso.
Desembocamos en la P 5420, en medio de la montaña es difícil saber por donde tomar, mas cuando izquierda o derecha te llevan a Taza...ya había estado en esa bifurcación, tome a mi derecha, ese camino me llevaba a Bab Boudir, el pueblo nevado pasando por el camino de Grotte Friourato, hoy cerrada a los que quieran visitarla, por el peligro que significa llegar hasta su fondo. Aparentemente hubo un accidente donde murieron varios jóvenes estudiantes y la policía prohibió las visitas. Además se necesita un buen equipo para escalar si quieres descender al primer fondo de la gruta.
La hiena iba contenta, como caballo que enfila para su casa, después de danzar todo el dia entre montañas, reconocía el camino y sabía que el destino era cercano...se apuraba sola.
Llegamos a media tarde, temprano a Sidi Majbar...Sufyan estaba en Taza, volvía en la tardecita me cuenta su padre, que cuidaba el rebaño de ovejas." ok, no hay problema, voy a visitar a los amigos lagartos en la montaña"...le digo señalando el lugar...El viejo sonríe, siempre sonreía, cuando nos cruzabamos él siempre tenía una sonrisa alegre...
Fui transitando por los caminos hasta llegar al lugar de reunión, allí el Imán y varios viejos se sentaban en las rocas al calor del sol a lagartear, a dejar que el calor entrara en sus sufridos huesos. A pesar de la barrera idiomatica, nos alegraba vernos, disfrutamos de la compañia y tratamos de dialogar, a veces nos entendíamos, a veces no.
Las enormes rocas blancas te protegían del viento, de cualquier lugar que soplara, tenían la mejor vista del valle, desde allí se podía monitorear todo lo que pasaba en los caserios y ademas era cálido, pues el sol calentaba la roca, haciendo una atmósfera ideal para la siesta...donde quedabas soñoliento con el calorcito...Aqui era fresco, despues del mediodia hasta las 4 o cinco era agradable, pero el resto de las horas eran frías, incluso las mañanas.
En la tarde casi la noche, nos reencontramos con Sufyan, había ido a comprar suministros a Taza para el almacén y el cafe...
El encuentro fue emotivo, los dos estábamos contentos...yo preguntaba por fulano o mengano...más tarde empezó a caer la gente al café, allí llegaron hasta los que hace tiempo no iban...el café reunía a más gente que la mezquita...allí iban todos, se hablaba de cómo había sido el dia, de lo que necesitaban para el otro, de los planes diarios, mientras jugaban a las cartas, una especie de "escoba de 15" donde ganaba quien tenia mas cartas y puntos...regado por un buen café espress o un cortado. Aquel lugar oficiaba de periódico e informativo, donde incluso se podían ver los partidos más importantes del fútbol mundial.
Muchos venían con el pedido de las compras para sus casas, luego de un rato se iban con el detergente, harina, azúcar, papas o naranjas...Otros aprovechaban el mandado para tomarse su café y jugar su partida de cartas...
Gente sencilla, tosca, que disfrutaba ese momento entre los compañeros de plantación, de rebaños, de vida...
La primera noche me invitaron a la celebración del viernes, en la mezquita, "a comer cuscús" después de la fiesta...
A la mañana subí hasta la casa del padre de Sufyan, alli desayunamos juntos.Su padre es un hombre de 65 años, con mucha energia, anda de aca para alla, siempre haciendo cosas, cortando leña, cuidando su rebaño de ovejas. El siempre esta preocupado de que coma, que desayune, siempre con una sonrisa...Creo que a pesar de la dureza de aquel lugar, él es feliz...La esposa de Sufyan preparaba buenas comidas, buenos desayunos...ella estaba embarazada, creo que esperan el nacimiento para junio.
Sofyan es igual que su padre, no para nunca de trabajar, siempre esta haciendo algo en el campo, en la montaña plantando olivos o atendiendo el almacén o el café por las noches...no tiene paz, siempre en movimiento, siempre activo. Esos desayunos, o en las comidas eran los únicos momentos que estaba quieto.
A las doce salimos en la moto hacia la mezquita... allí era el momento de celebración de los viernes...Hacía casi tres años que no entraba en una mezquita...La oración fue larga casi una hora, desconocía esta parte de los musulmanes, desde que había entrado en Marruecos, escuchaba los viernes despues del mediodia por los altoparlantes este tipo de oración, pero nunca había participado...Los viejos de a poco nos fuimos recostando contra las paredes, los músculos y los huesos ya no aguantan tanto tiempo la posición de rodillas...Hacía tiempo que no me arrodillaba ante nada y ante nadie, lo hice por respeto a los demás, a los amigos...tenía claro mis principios, pero ese dia dejé los principios de lado...miré al Imán a los ojos, ambos sabíamos lo que pensábamos de aquella ceremonia...para el era una victoria, para mi solamente compartir la miseria con mis compañeros, con mis amigos...yo era el único que sabía que nada iba a cambiar.
Luego de la ceremonia nos saludamos, nos dimos la mano, sonreímos, intercambiamos algunas palabras agradables...Luego nos trasladamos a la zona de la otra mezquita, la que estaba en la falda de la montañas de rocas blancas, la que estaba sin terminar, donde había un gran salón con varias mesas redondas, allí nos fuimos sentando alrededor de ellas.
Sufian se sentó en una mesa separada, a mis espaldas, lo bueno que tenía a Abdelhak a mi lado, el entendia ingles y cada tanto me explicaba lo que sucedia...me mostraba la tradición del aquel momento...
Éramos nueve o diez en aquella mesa, tal vez seis mesas en total y una para los niños; alguien repartió cucharas y otro se encargó de ir pasando un cuenco donde lavamos las manos, otros se encargaron de poner en el centro de la mesa un gigantesco cuscús...a la orden de Bismilah todos atacamos la parte que teníamos frente.
Entre sonrisas, todos disfrutamos de aquel exquisito cuscús (tal vez el mejor que he comido en Marruecos) como hermanos, como amigos, como si nada nos separara, como compinches...Poco a poco fuimos devorando aquello, alguien desmenuzó el pollo...ellos querían que comiera, me apartaban trozos, trataban de dejarme lo suficiente...Terminamos el cuscús y vino el postre, un tajine de cabrito.
Ahora ya no estaban las cucharas, tenía que comer con la mano, usar el pan para arrastrar la comida hasta el borde del plato,con tres dedos, al llegar al borde dejar el dedo central fijo, para que los dedos laterales doblaran el pan de manera de hacer un cuenco y llevar la comida a la boca...aquel dia me hice experto...
Empezaron a distribuir vasos de agua al final...todos estaban felices, tenia comida hasta la altura de los ojos, es que acompañar estas comidas con el pan tradicional, llena mucho.
Le agradecí a todos la amabilidad de haberme dejado participar de aquella fiesta, simple, de hermandad.
Luego de eso vino el té tradicional, "el whisky marroquí", así le decíamos muchos extranjeros al té...yo lo tomé en la terraza junto a los amigos de siempre...desde allí contemplaba los plantíos de habas y arvejas junto con algunos nabos y avena...
Hablamos del futuro, que el futuro era juntos, no separados, donde cada uno plantaba para sobrevivir...le expliqué si tenían tierra fértil, si tenían agua, porque no se dedicaban a plantar cosas más valiosas, como frutillas, frutales, olivos, tomates, morrones...las laderas de las montañas eran ideales para la vid, tierra seca, donde la uva podía salir bien concentrada y fabricar un buen vino...Hablar con los jóvenes, esos que iban a la universidad en Taza, era de ellos el futuro, ellos debían aprender, pero tenían la tarea de enseñar a los viejos de todo lo que aprendieron, porque aquellos viejos no habían tenido oportunidad de aprender...desde que nacian rompian terrones y moririan rompiendo terrones. Que eran ellos los que debían traer los sistemas de riego, las nuevas tecnologías para sacar un poco mas la cabeza de aquel valle hundido entre montañas, donde el único camino de los jóvenes era huir a otras tierras, otros países y los viejos quedaban jugados a esperar la muerte, sin nunca haber tenido la oportunidad de salir de allí...Yo no quería cambiar nada, no quería que aquella tierra se contaminase del mundo, pero me dolia, me dolia cuando miraba el valle e imaginaba el futuro...íntimamente sabía que volvería a aquel lugar dentro de trecientos años y seguirá siendo lo mismo, incluso encontraría la misma gente...
Al dia siguiente bajo ante el grito de Sufyan, lo sigo hasta los plantíos, con dos burros arrastrando un arado, estaba recolectando nabos...Desayunamos a un costado del terreno té con pan mojado en aceite de oliva.Luego me uní a la tarea, el arado arrancaba los nabos dejándolos al descubierto, nosotros los golpeabamos uno contra otro, sacudiendolos hasta sacar la tierra que tenían pegada y tirándolo hacia unos montones donde se iban acumulando...Parecía tarea sencilla, pero los burros no tiraban parejo, dominar el arado era cosa de mil demonios...por momentos tenía que esquivar los burros para que no me pasaran por arriba, descontrolados fuera del surco...
Estar culo para arriba juntando los nabos, te destruía la espalda y las rodillas.Luego seguimos con la tarea de seleccionarlos y embolsarse...también destructivo para el físico...
Al final no le encontraba acomodo, las piernas me dolían, la espalda estaba fatigada, pero al fin de la tarde, abandonamos aquello y nos dirigimos al Café, había que abrir las puertas...
Yo subi arriba y me tiré un rato, una siesta reconstituyente, estaba cansado...mas tarde entrada la noche, bajé al café.Un cortado, alcanzar alguna cosilla a las mesas, charlar con la gente, bromear, reirnos...
Esa noche conocí a Toño, un niño que venia del caserío cercano a la gran mezquita, en la falda de la montaña...En su rostro me veia a mi mismo, tal vez teniamos los mismos ojos inocentes a esa edad.Toño habia recorrido mas de un kilómetro y medio en la noche, por los senderos que las cabras y los burros sabian de memoria, se arrimaba al mostrador, elevaba su mano y dejaba un papel arrugado, pedazo de algún envase, donde habían escrito lo que necesitaban...Muchas veces la gente adopta a los niños, a aquellos que tienen una vida familiar más difícil...a Toño todos lo querían, sabían de sus carencias, y lo apreciaban.Esa noche le regale un bombón, más tarde el hermano de Sufyan mientras Toño esperaba su encargo, le regalo otro.El fue el que me contó parte de la vida de Toño..."sabes de donde viene", me decía mientras le entregaba el bombón que Toño recibió con una sonrisa tímida y brillo en sus ojos...No había necesidad de que me contara la historia, se adivinaba en aquella mirada triste y melancólica.
Generalmente cercano a las once, subíamos a cenar con Sufyan, su esposa preparaba la cena para ambos y la mandaba al café, nosotros nos íbamos para arriba, donde estaban los aposentos donde dormia, alli en una mesa cenamos y hablamos traductor por medio.
Esa cena nos permite saber un poco más de cada uno, era una cena entre hermanos.
El me enseñaba, yo le enseñaba, aunque su cabeza estaba centrada en el trabajo, en su familia, inamovible de sus creencias, de sus objetivos...esos eran los pequeños ratos de diálogo, Sufyan siempre estaba trabajando, no paraba nunca.
En la mañana después de desayunar juntos en su casa fuimos al plantío, en el camino cargamos en lomo del burro una bolsa de nabos que había quedado perdida...hoy tocaba lavarlos para llevarlos al mercado. Al mercado iban los pequeños, los medianos, los mas tiernos, limpios, blancos. Los más grandes se le daban a las ovejas como alimento.La limpiesa se hacia en los canales de cemento que distribuían el agua, se construyen pequeñas esclusas con piedras y se volcaban las bolsas allí...luego se restregaban con los pies, sacando el barro, la tierra, el agua corria con ella canal abajo...Más abajo desviaban el agua hacia las habas y las arvejas...el padre de Sufyan con botas altas, estaba metido dentro del canal...el como ha todo, le metia toda la energía frotando los nabos con sus botas...alegre y feliz. Luego de limpio de vuelta a embolsar...ese dia solo era observador, solo di una mano para cargar el burro con varias bolsas de nabos y dirigirlo tirando de la cuerda hasta el almacén.
Al otro dia decidí seguir camino hacia el norte...había estado bastantes días en Sidi Majbar, era hora de continuar rumbo a España, entrando en Melilla...Estaba presentando un problema de liquidez y debía dejar Marruecos.
En la próxima
entrega les contaremos el camino hacia Melilla y como quedamos encerrados en la cuarentena.
Ernesto Urrestarasu
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